Por decreto, se creó un fondo fiduciario público para financiar construcción de viviendas. Eso es lo que anunció el gobierno.
Declaradas de interés social, se dice que los beneficiarios son los que no cuentan con capacidad de ahorro.
Al consultarse las condiciones, mediante el organismo administrador, Banco Hipotecario, parece que superó la situación organizativa y se generaron tantas dudas y objeciones que la confusión no deja lugar a la concreción.
La impresión es que la operatoria surge con demasiados factores sin resolución, lo que parece más una improvisación que una solución para un problema que viene dándose desde hace años, la falta de crédito, colocó al mercado inmobiliario en una situación al borde de la crisis.
Desde hace años que los organismos y cámaras que involucran la vivienda, las empresas desarrolladoras, las inmobiliarias desarrolladoras como la inmobiliaria Mazzei Propiedades, estudian modelos de financiación para acercar la posibilidad de adquirir viviendas a todos los sectores, sin embargo no parece que la situación vaya a cambiar a pesar de los anuncios.
Se piensa destinar al proyecto tierras fiscales, sobre las que se planea convertir en zona urbana, construyendo viviendas.
Con este emprendimiento se generará un instrumento en bonos de Valores que representarán la Deuda, a los fines de captar inversores.
En ese punto, estas viviendas estarían en las mismas condiciones de las viviendas que ya está en desarrollo a cargo de las inmobiliarias: conseguir inversores.
Las condiciones de la adquisición de estos bonos, seguramente encontrará algún punto de contacto con los costos de los insumos, cuando no sueldos que tendrían que tener en cuenta la evolución del dólar, ya que hasta la energía de que va a proveerse cualquier emprendimiento edilicio tendrá un origen extranjero, lo que involucra una conversión de deuda en moneda extranjera.
Nadie sabe cómo se resolverá la situación energética, aún se discute sobre la quita del subsidio de la energía que ya se compra, habrá que ver cómo se resuelve ese tipo de problemática en las nuevas viviendas, supuestamente de bajo costo.
El ambicioso proyecto declara un plan de 100 mil créditos hipotecarios que serán repartidos entre el 2012 y el 2013, comenzando con la oferta de lote propio y vivienda para familias carenciadas. Las constructoras, serían privadas.
Recién se están elaborando los pliegos de condiciones del proceso de selección de constructoras, sin que haya muchos más datos, parece un poco optimista que la disponibilidad comience este año, sobre todo porque tampoco se sabe mucho quiénes tendrán accesos y cuáles serán las condiciones de los accesos a estos créditos.
Entre los confusos comunicados, el Banco Hipotecario trasmite la idea que cada familia con su crédito podrá buscar su propio constructor de la vivienda.
Esa sería una gran novedad, ya que de a una el costo sería algo complicado de controlar.
Se suma a esa idea que como cualquier proyecto, requerirá de una administración, de arquitectos, de constructores, de habilitaciones. No podemos imaginarnos a alguien con pocos recursos teniendo que gestionar un proyecto que ya es complicado hasta para gente con mucha experiencia.
El Banco Hipotecario se encargaría de la aprobación de los proyectos, solamente.
Habría restricciones en el uso de materiales, probablemente por aspectos de seguridad y calidad de materiales.
Luego de la aprobación, habría que realizar los trámites de aprobación municipal, que también estaría a cargo del beneficiario.
No queda claro quién o cómo se pagan los servicios de crear el proyecto antes de la aprobación del banco.
Suponiendo que el tomador del crédito necesite asesoramiento de los profesionales necesarios, arquitectos, constructores, insumos, quedaría por saber de dónde se obtiene financiamiento para ello.
Los proyectos constructivos se deben presentar obligatoriamente para ser elegibles para el crédito.
Esta operatoria hace dudas de si realmente es una solución social para los más carenciados.
Aunque parece que la palabra “carenciados” no sería muy adecuada, ya que hay un límite mínimo de sueldo para poder acceder al crédito. La palabra que molesta un poco es “sueldo”, ya que los trabajos fijos para una gran parte de la población que es la que necesita las viviendas, no se encuentran en situación de presentar recibos, en muchos casos por vivir de changas o en otros por no estar legalmente declarados como empleados, economía informal que le dicen.
Hay muchos puntos oscuros, sobre todo porque para generar esta propuesta no se consultó a los profesionales con experiencias, empresas inmobiliarias desarrolladoras, cámara de la construcción o empresas del rubro.