Luego de las quejas del sector inmobiliario, reunidos en grupos de empresarios respecto al inexplicable cepo a la compra de dólares, la respuesta de la AFIP fue prácticamente una dilación que mina la confianza de los inversionistas sobre la canalización de una solución.
Por una parte, los dueños de los inmuebles han retirado sus propiedades de la venta porque no hay forma de determinar el precio real de un inmueble en las condiciones actuales, por el otro, no hay señales desde las instituciones gubernamentales que la situación vaya a cambiar, sino por el contrario, recurre a fórmulas de la retórica, con desvíos y acciones que no descomprimen el mercado y que no hacen más que minar la confianza del los clientes posibles.
Con cada justo reclamo que se realiza en dirección de la adquisición legal de moneda extranjera, la AFIP reacciona con un truco que lo impide.
La parálisis del mercado inmobiliario es simplemente la primera instancia de la parálisis de la economía en general. La desconfianza de los inversores influye más tarde o más temprano en la construcción, en el desarrollo de nuevos emprendimientos.
El índice de la construcción es siempre un indicador de una economía saneada, el cual está ya en un límite que no pueden sostener un mercado inmobiliario activo.
Esta situación no tardará en crear despidos, recesión y fuerza laboral que perderá sentido.
El nuevo formulario creado por la AFIP, en el cual se solicita la compra de dólares, recuerda a la película de Chaplin, en Tiempos Modernos, cuando para fingir que al menos hubiera un empleado, le hacían controlar un reloj falso, para que tenga sensación de utilidad.
El formulario de la AFIP se parece bastante el reloj falso de aquella película.
La escrituración de venta de propiedades prácticamente ha desaparecido, ya se sabe que el mercado ha caído prácticamente en un 50 %, aunque es un promedio, lo que implica que hay desniveles muy acentuados.
Sin duda la situación influirá en el mercado de empleo, empezando por la administración en inmobiliarias incluyendo agentes inmobiliarios, siguiendo con la parálisis de los emprendimientos, que implicará que familias enteras se vean afectadas por la pérdida del trabajo en la construcción.
Sobre los nuevos planes del gobierno no hay relación de compromiso con los emprendimientos de inmobiliarias desarrolladoras que necesitan mantener su nivel de construcciones para seguir funcionando.
Hay una suerte de programa popular en beneficiar algunos sectores y en no tener en cuenta otros, y esas situaciones siempre han sido negativas y han provocado situaciones de condena para la economía a corto o largo plazo.
La situación no sólo no es alentadora.
Las empresas que como la inmobiliaria Mazzei Propiedades tuvieron la visión de utilizar el modelo de Fideicomiso inmobiliario, un sistema que protege la inversión, pero el mercado mayoritario de compra y venta de propiedades está en camino de quedar paralizado completamente.