Los visionarios que colocaron sus inversiones en Fideicomisos inmobiliarios fueron los menos afectados por el problema del cambio, ya que se pasaron las cuotas a pesos.
Los emprendimientos con este tipo de modelo que comenzaron en dólares, si no estuvieron cubiertos para el cambio, al pesificarse, según las posibilidades de la adquisición a la que puedan acceder, en el peor de los casos la inversión es de un 30% más.
Mientras, bajo la coyuntura, se está comercializando principalmente propiedades usadas, que se encuentran en escasamente.
Algunas inmobiliarias están trabajando con la posibilidad de realizar leasing inmobiliario, pero en la mayoría de los casos, la situación es tan confusa que no se sabe cómo va a proseguir en los próximos meses.
Desde hace muchos años que el sector inmobiliario trabaja con moneda extranjera, lo que es índice bastante asentado de la desconfianza en la economía del país. La gente común ahorra en dólares, se comercia insumos de tecnología en dólares, y por ende el trabajo se va, a su vez, convirtiendo en relación a la moneda extranjera.
La inflación permanente de la moneda local no es ajena al fenómeno, aunque la inversión en ladrillos siempre ha sido importante, con el precio a que han llegado las propiedades y la falta de créditos para acceder a ellas, las inversiones más comunes de los argentinos, históricamente, es el dólar.
Nadie se anima a estimar lo que pasará en los próximos meses, cuando las operaciones que habían quedado interrumpidas por la dificultad de adquirir las divisas se reasuman en pesos.
Los vendedores de propiedades esperan una retribución en la moneda que le permita reinvertir, de manera que para colocar el bien en el mercado, exigirá poder disponer del monto en una divisa que no se devalúe.
La compra de propiedades está en la intención de los inversionistas, tanto como de los que necesitan viviendas, la incertidumbre es la confusa situación para concretar la operación.
El supuesto cepo para evitar la fuga de capitales es un discurso contradictorio, porque en este momento, los únicos que disponen de las divisas para realizar operaciones inmobiliarias, son precisamente capitales extranjeros. Bajo esta óptica, situaciones como las generadas por la expropiación de YPF, bajo el concepto de protección a lo que se considera recursos básicos de un país, es el mismo bajo el que debería tratarse las operaciones inmobiliarias.
Mientras para mover la economía interna se necesitan acciones que generen confianza, las actividades de cepo, ofrecen una señal en sentido contrario.
Como tampoco se dice que los viajes al extranjero no son beneficiosos para el país, sobre todo para la salud, para las investigaciones médicas y en general para lo que sea comercialización.
Los efectos que hoy sufren las inmobiliarias, se expandirá a cualquiera de las otras áreas de comercialización, con algún retraso tal vez.
Siempre que se ha generado desconfianza en las políticas monetarias de un país, los controles han sido negativos.
La pesificación actual es compulsiva y ha generado una inflación en los precios sin que los dueños o las inmobiliarias se beneficien de ello, sino solamente por imposición del mercado en el que hay condiciones para la adquisición de moneda prácticamente imposibles de cumplir para el bolsillo promedio.
Quizás, en vez de comenzar un control desde las inmobiliarias, sería más viable el control desde los insumos. Las construcciones se basan en costos en moneda extranjera, porque los insumos se cotizan en esa moneda, ya desde la energía necesaria que se toma de otros países, comienza a pesar la moneda extranjera.
Quizás todo esto sea un gran esfuerzo para llegar a una economía autosuficiente que implique productos propios, pero hay que tener en cuenta para ello cada paso debe ser parte de un plan en el que se tengan establecidos tiempos, estrategias, resultados, porque la situación actual comienza por afectar a las inmobiliarias y sus empleados, lo que hace difícil la situación para las inmobiliarias desarrolladoras, que aunque han establecido Fideicomisos en pesos y al costo como modelo de protección de la inversión, como en la inmobiliaria Mazzei Propiedades, tiene que además establecer confianza en que los insumos serán provistos para concretar los emprendimientos.
Entre la inestabilidad de la situación de los subsidios, controles de moneda extranjera, el control de importados, y ahora la suba de impuestos, es como ir cortando las posibilidades locales, dejando a capitales extranjeros la posibilidad de hacer negocios.
El panorama está siendo advertido desde el sector, pero se sabe que el índice inmobiliario es un indicador económico básico para toda economía saludable y viene cayendo desde hacer meses.