No es meramente el uso de la imaginación con se fabrica la expectativa de un edificio en el futuro. Tampoco es ciencia ficción.
Para planearlos, se recopilan todas las actividades que actualmente se realizan en los edificios, y que marcan la vida actual, muy lejos de los hábitat usuales con conceptos de hace al menos 50 años, la interacción con los seres humanos, las necesidades de la vida moderna, la tecnología y la intervención de la naturaleza.
Así como un día nacieron los edificios antisísmicos, los de altura, también los artísticos, ahora se están creando los conceptos del edificio del futuro.
A cuanta persona se le pregunte, seguramente la idea del confort y necesidades son tan diversas como imaginativas.
Desde la inmobiliaria Mazzei Propiedades, tenemos algunas premisas, que en muchos casos son deseos, pero que con gran compromiso esperamos enfrentar para los próximos años.
Somos una empresa desarrolladora de proyectos arquitectónicos y en nuestra carpeta de proyectos contamos con ideas que esperamos llevar a cabo a no muy largo plazo.
Nos interesa el medio ambiente, no sólo por los cuidados que exige el agotamiento del planeta, sino por las emisiones que están dañando la atmósfera. Un edificio en el futuro podría controlar sus propias emisiones, las provocadas por los habitantes con métodos que contribuyan al control del smog.
Ya hay una sustancia desarrollada en Espala, con nombre Offnox que añadida a la pintura del edificio podría modificar la estructura química que emanasen del edificio y su entorno.
El compuesto, un semiconductor, podría generar una lluvia de nitratos que al caer favorecería los nutrientes de los alrededores en donde asistiría a la flora, sustentándola, cuidándola.
En nuestra empresa, inmobiliaria Mazzei Propiedades, estamos interesados en la sustentabilidad, el consumo energético de los edificios del futuro no debería ocurrir a costa de recursos más costosos, como el agua o la electricidad, ambas generadas lejos y a altos costos y no renovables; estamos pensando en energías más disponibles como la solar.
La envoltura de los edificios podrían utilizarla para cubrir sus propias necesidades.
Dejar de consumir energía ajena es ya una dirección en el camino del saneamiento del planeta.
Un revestimiento acristalado, de poco peso y cálida estética, que son atributos propios del cristal es uno de los métodos que se estudian para lograrlo.
El edificio del futuro podría moverse, orientar sus niveles en relación al mejor aprovechamiento de la energía solar, e incluso en caso de estar desfavorecido por la situación del clima, como el viento o tormentas, el edificio mismo podría colectar agua o generarla por sí mismo.
Nuestro edificio además, debería serseguro, ya la Domótica, que no es futuro, sino presente, está teniéndose en cuenta, no sólo para controlar el uso de aberturas, sino todo el ambiente en general, electrodomésticos, videos, llaves especiales para acceder a los ambientes, vigilancia remota y alertas automáticas sobre situaciones peligrosas para los niños dentro del hogar, así como desarreglos, pérdidas de agua o gas, luces encendidas, cambios de clima en el microclima del hogar.
El edificio del futuro tendría elementos que controlan aspectos de salud de sus visitantes, por ejemplo informar sobre el estado de sus habitantes analizando sus fluidos, no sólo los de desechos, interactuarían con el ambiente como el calor corporal o el frío, quizás hasta el emocional.
Aunque parezca una utopía, para todos estos casos ya hay emprendimientos aislados en funcionamiento, en España en Japón, en Dubái, por ahora, con financiamientos que son los propios de la investigación.
El confort, la ecología, la protección ambiental, la sustentabilidad, son nociones del estándar de calidad con que nuestra empresa enfrenta el futuro, esperando un día poder ofrecer las mejores condiciones a nuestro clientes.