La historia parece repetirse cíclicamente, la gran balanza de equilibrio internacional se inclina a veces hacia un lado o hacia el otro, la cuestión, dicen los entendidos es mantenerse en el medio.
Entonces, ¿en qué invertir? En bienes inmuebles, dirán los que siempre apuestan al ladrillo, pero la situación internacional presenta ejemplos de que esa opción a veces es una trampa.
Si bien la crisis Griega, como la burbuja inmobiliaria se debió a un factor distorsionante del precio del inmueble en el mercado, refrendado por créditos sin respaldo; la situación en Argentina es diferente.
Partiendo del hecho que en este momento el crédito hipotecario es prácticamente inexistente, y la incertidumbre política amenaza las nuevas ideas, hay muchas opiniones, y todas provienen de fuentes serias y con experiencia.
A la hora de pensar en el resguardo del capital, hay que entender la diferencia entre inversión y especulación, la primera, es a largo plazo, y aprovecha un conocimiento extenso y con trayectoria como las que ofrecen las inmobiliarias. La segunda, la especulación, es a corto plazo, aprovecha la coyuntura especial de un momento y apunta a una rentabilidad inmediata y retorno que se basa en hechos puntuales.
La diferencia está en que una apuesta al futuro, la ganancia se da en otro momento, e implica un gran conocimiento en el objeto de la inversión.
Las vinculadas al mercado inmobiliario son de una visión más allá de los procesos políticos e implican un conocimiento de lo que significa la inversión en ladrillos y con mayor seguridad sobre la inversión, el riesgo es menor.
El inversor usual estará más interesado en el bajo riesgo a largo plazo que a rentabilidad inmediata.
Las muchas operaciones pendientes que se suscitaron en el año electoral, presentan un respiro frente a la especulación de que no habrá ballotage en la elección de la próxima administración del partido actual, con lo que se sospecha que el sistema de negociación actual continuará.
Por otra parte la caída de la bolsa, aunque parece lejana, toca los intereses de Argentina, como pasa con toda crisis global, el mercado de inversiones se mueve con mucha prudencia, y las inversiones alternativas, oro o moneda extranjera no parece más atractivos que las inversiones inmobiliarias.
Aunque el ladrillo requiere mayor inversión, hay alternativas que el mercado inmobiliario ofrece que cuenta con una sucinta popularidad, la compra o inversión de terrenos que serán destinados a cocherías, o mismas cocherías en alquiler o venta.
Una alternativa interesantes es la apertura del comercio vía internet que genera la necesidad del alquiler de pequeñas oficinas sin necesidad de boca al público que permita espacio para pequeños stock de mercaderías de diversa índole, juguetes, indumentarias, libros.
Si en algún momento la inversión en bonos u oro fue interesante, proveyendo una interesante rentabilidad, lo cierto es que los riesgos de las calificadoras de riesgo siguen dándole un valor relativo a ese tipo de inversión.
Por ahora, la inversión en ladrillo, sigue siendo una inversión interesante a largo plazo, como el mejor modo de resguardar los ahorros, más allá de la creciente necesidad de vivienda que hay en Argentina.
La necesidad de vivienda será, probablemente una prioridad del gobierno, los predios con intentos de toma son indicadores contundentes, cabe esperar que la próxima administración tenga entre sus prioridades la reactivación del crédito hipotecario con tasas accesibles acorde a la realidad del país.