Cada vez que se consulta sobre inversores, a lo largo de los años y más allá de la tecnología, que parece promover nuevas formas de inversión, la cuestión parece reducirse a un hecho concreto: la mayoría vacila entre estas dos opciones: ladrillos u oro.
En respuesta a esta clásica cuestión, ya conocemos el resultado: la llamada burbuja inmobiliaria, que ha generado un estado de crisis tanto en Europa como en Estados Unidos, y por lo tanto en Argentina estamos permanentemente esperando el reflejo de esa caída.
Pero por qué entonces la cuestión sigue siendo entre estas dos opciones siendo que las inversiones en bienes raíces viven su momento de mayor desperdicio, la respuesta es sencilla: Las inversiones inmobiliarias cubren preocupaciones, no sólo futuro, porque la situación de la burbuja se va a desinflar en algún momento y entonces quedará la sólida realidad.
La administración de propiedades es sencilla y delegable, el inversor no necesita ocuparse personalmente ni destinar tiempo a ello, es una actividad muy regulada y controlable, no es un bien del que uno puede ser “despojado” o está asociado a entidades de riesgo como las bancarias, como lo es el oro.
Los inmuebles ofrecen una cobertura sólida para operar financieramente, cualquier inversión que tenga la posibilidad de un respaldo en propiedades abrirá las puertas a cualquier operación, ofrecen garantías comprobables y estables, de manera que cualquier necesidad de préstamos para el crecimiento, incluso mismo para acrecentar el valor de la propiedad es sencillo de conseguir.
En la mayoría de los casos los gravámenes de impuestos presenta ventajas, y se puede contrarrestar con el uso en alquiler, lo que permite mantener el bien en buen estado y aliviar el estado impositivo que pesare sobre el inmueble.
Los bienes inmuebles cuentan con servicios de coberturas de riesgo, se aseguran contra destrucciones de diversa índole, incendios, por mora de inquilinos y diversos aspectos que tiene que ver con daños de terceros e incluso por perjuicio improbable como terremotos.
Para invertir en inmuebles no es necesario estudiar ni dedicarse al rubro, cualquier persona, de cualquier actividad puede adquirir una propiedad y comprender su utilidad, con sencillamente alquilarla, por ejemplo, no necesitan ser expertos en bienes raíces para lucrar con una propiedad, lo cual es una ventaja desde el punto de vista de la administración del inmueble.
Todas estas razones parecen definir que son una inversión bastante más ventajosa que el oro, sin embargo, como en todas las inversiones, hay consideraciones que suelen ser invisibles para el comprador común, que sin comprender aquellos ítems que determinan el valor de esa inversión resultará luego en un fiasco como inversión.
Es por eso que para la compra, se recomienda siempre consultar con una inmobiliaria, la cual se ocupará de acomodar el presupuesto del comprador a las mejores posibilidades que su inversión pueda ofrecerle.
Siempre es mejor consultar a los que conocen del valor de los inmuebles, las inmobiliarias son el lugar donde encontrará a un profesional que lo guiará en e proceso, para evitar caer en espejismos.
Una vez que ha concretado la compra, entonces es cuando las ventajas comienzan a rendir sus frutos.