Aunque es una ironía, el título está valuado en un tanto por cierto de verdad, los problemas de administradores de edificios son antológicos.
Es un secreto a voces que uno de los ítems importantes a tener en cuenta a la hora de comprar un departamento, además de una investigación sobre el estado del departamento y un vistazo a los vecinos, es inteligente recabar información respecto al administrador del edificio.
Muchos ofrecen servicios de administración, pero desde el año 2010 se intenta que haya algún medio regulador de ese servicio, en el sentido de cuáles son los conocimientos necesarios para un administrador y también las cualidades para evitar conflictos, que aunque adhiere a la utópica regla de normas comunes a todos, en la práctica no es tan fácil de llevar a cabo.
Administrar un consorcio debería ser tomado como otro de los ítems en que las inmobiliarias presentarían entre las cualidades de los inmuebles e inversiones.
Quién no ha sufrido de una mala administración.
Desde el año 2002, existe la ley 941, modificada en el 2009 por la ley 3254, en vigencia desde el 2010 en Ciudad autónoma de Buenos Aires, que regula la actividad, dependiente de la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Se intenta ordenar la actividad, y a raíz de lo cual se generó un Registro Público de Administrador de consorcios (RPA) donde, para ejercer la actividad, hay que encontrarse inscripto.
Entre los requerimientos hay que constituir domicilio fijo, contar con documento de identidad y CUIT, además de contar con el certificado para realizar la actividad.
Un inmueble bien administrado es un inmueble valioso, cuenta con actividades de reparación, pintura, expensas acorde a la categoría y cumplimiento de normas de seguridad, además de limpieza y orden.
Algunas características que se pueden notar a simple vista cuando se visita el bien inmueble. Cuando se vende un departamento, el dueño del departamento y la inmobiliaria se preocupará por mostrar internamente lo mejor que se pueda hacer por el inmueble que se desea vender, pero los accesos, estado de ascensores, pintura y limpieza externa, cuidados en mantenimiento se notan en el exterior, ello habla de una buena administración o de una inexistente, y es casi la cara de presentación de la venta.
El cliente ingresa mejor predispuesto cuando el acceso al bien inmueble está cuidadosamente presentado.
No está de más consultar la antigüedad del administrador a la hora de realizar una operación inmobiliaria, es otro modo de constatar que es usual el buen mantenimiento y no un hecho fortuito por nueva administración.
El administrador se ocupa de los gastos de mantenimiento e impuestos comunes, de manera que también hay que interiorizarse sobre el estado contable o deudas que pesaren sobre el edificio.
En todo gran edificio hay un grupo que trabaja a la par del Administrador, el consejo de Administración, que usualmente se concentra en controlar que las leyes de consorcio de cumplan, que los trabajos de mantenimiento se aceleren y sean los correctos y todo lo que tenga que ver con el edificio, aportando al proceso del orden y equidad necesarios para toda buena convivencia.
Hay muchos factores imponderables, personas difíciles con las que hay que compartir y convivir, de ese modo es que un consultor inmobiliario se hace imprescindible a la hora de realizar la inversión en un bien inmueble.