Parece una pregunta descabellada, porque se supone que el costo del inmueble incluye el costo del terreno, y se asocia al valor de la ubicación.
Sin embargo, hay factores invisibles que es bueno tener en cuenta a la hora de estimar una inversión.
Algunos necesitan estar cerca de los hospitales, otros de las universidades, los menos cerca del centro, ya que la zona céntrica, apta para oficinas, es ruidosa, hacinada, contaminada de ruidos y luces, pero tiene la ventaja de reducir el tiempo de traslados.
En la era de la oficina en casa, esa necesidad ha disminuido un poco, pero sólo un poco, en Argentina, el trabajo en casa ha aumentado llamativamente desde que tenemos desventajas frente al cambio.
El problema de la vivienda, ya sea residencial como de inversión o comercial, está sujeta a factores que parecen fijos: la administración de nuestra ciudad permanece en los mismos lugares de siempre, los predios universitarios también, las plazas no aumentan, los sitios de entretenimientos o shoppings comerciales son los mismos desde hace mucho tiempo.
Si todo está como está, qué pasa con la construcción, en dónde, cuánto y para quién.
Aunque parezca exagerado en Capital Federal hay aún buenas opciones para la construcción, sobre todo en la Zona Sur, donde no hay demasiadas inversiones comerciales o siquiera de entretenimientos.
Pero el proyecto Puerto Madero ha dejado una interesante enseñanza: sin importa lo poco prestigioso o adecuado que parezca un espacio, siempre se lo puede convertir en un lugar interesante para la inversión inmobiliaria.
Los que han aprendido esa lección, son los audaces inversores que hoy se sientan a negociar terrenos, en vez de construcción, pero con vistas a un futuro del que serán parte.
Aisladamente, hay también inversiones en terrenos en el medio de la ciudad, que pueden resultar interesantes inversiones, la situación de la escasa construcción ha colocado a los terrenos en una paradoja, los terrenos parecen más baratos que las construcciones.
Es decir, al valor de un terreno en referencia al mismo espacio construido, parece no guardar referencia.
El pequeño inversor estaría tentado de pensar que parece lógico, ya que lo caro son los materiales, la mano de obra, los seguros; sin embargo, no es mala idea tener en cuenta que lo que ha aumentado en estos años es el parque automotor.
La mejor inversión en el momento, por coste-beneficio son sin duda las cocheras, sobre todo en espacios en donde ya no parece posible circular, como en el microcentro o en las cercanías de las estaciones de metro o subterráneo donde las personas que ingresan a Capital prefieren dejar sus vehículos y terminar el traslado en ómnibus, subte o metro.
Resultan interesante entonces prestar atención a la venta de terrenos en las inmobiliarias.