Ernesto Schargrodsky, un investigador argentino, preocupado del tema de las nuevas economías, tiene un punto de vista diferente a los colegas de su profesión, intentando nuevos campos de experimentación respecto a las variables de la economía.
Especialmente en un estudio sobre investigación y crimen, descubrió que por el contrario de lo que la gente cree, aquellas personas que fueron víctimas de delitos que tienen que ver con la pobreza, asaltos de dinero, copamiento de terrenos, son más consientes de los problemas que se generan por esa condición.
Indirectamente el tema de la seguridad y los delitos, configuran un mapa de condiciones económicas que delimita la cotización de ciertas geografías, desde el punto de vista inmobiliario, y el costo que implica la inversión de material para una casa, o incluso sus servicios y opcionales.
A raíz de esta investigación, luego de los hechos violentos conocidos por todos en referencia al parque indoamericano, se puede ver una disminución en el mapa delictivo.
Schargrodsky se dedica precisamente a estudiar la relación entre el crimen, creencias y títulos de propiedad, trabaja con la hipótesis de que la pobreza comienza con la carencia de posibilidades para lograr ser propietario, y de un rechazo por parte de la sociedad que tiene acceso a la educación y por lo tanto a los trabajos que les permiten adquirir una propiedad.
La economía, se mueve bajo parámetros a veces imprevisibles, como el afecto del clima y zonas poco favorables respecto a inundaciones o acciones climáticas.
Sobre todo aquellos aspectos en los que aparece un punto de inflexión, por lo masivo, como fue el caso del parque Indoamericano.
Lo que queda por saber es si los principales inversores en la construcción, tendrán en cuenta lo que es cada vez más usual en lasinmobiliarias, y que es precisamente cómo se configura unaoferta inmobiliaria bajo la premisa de otros aspectos que no son ni la vista, ni el Feng Shui, sino una realidad aparentemente cruel como el hecho de la toma de propiedades por la fuerza.
Sería necesario, un estudio sobre cómo se configura la economía de una región, tomada desde el punto de vista del índice del delito de ocupación.
Se conocen efectos aislados, como cuando se inaugura el Shopping Abasto, que quedó rodeado de casas con historial de ocupación ilegal, y que según comentarios policiales, eran un foco de arrebatos y punguistas.
Es probable que la situación haya afectado al centro de compras, pero no parece haber amilanado el crecimiento económico de la zona, en la que brotaron bancos, hoteles importantes, turismo y ferias callejeras, música y baile.
No se puede dejar de lado el hecho que el Abasto cuenta con un ícono importante, como lo es ser el barrio de Carlos Gardel, y la impronta estética que a configurando al barrio es de atracción turística, pero hay que tener en cuenta que no lo era antes del advenimiento del Shoping.
Lo cual podría ofrecer la idea que basta un cambio interesante desde el punto de vista de movimiento o afluente de público para reconvertir la situación inmobiliaria de una zona más allá de los problemas delictivos.
Un caso parecido sucedió con Puerto Madero.
Tal vez es una situación a pensar para inversiones inmobiliarias: bajo ciertas condiciones, se puede exorcizar las situaciones de delito, negativas para la oferta inmobiliaria y convertirlas en espacios con fuertes ventajas.