El mito sobre últimas palabras de Alejandro crece, así como crecen los recuerdos.
Dicen que hizo algunos pedidos, leí en otro post, aquí en Sintagmas, sobre últimas palabras apócrifas en donde la autora ponía en duda las últimas palabras de personajes importantes.
Me convencieron esas argumentaciones.
Encontré al respecto algunas especulaciones más, sobre todo respecto a Alejandro, los que suelen difundir este tipo de cosas, no suelen citar fuentes.
Pero citar fuentes no parece ser la costumbre que más se da en Internet, y lo obliga a uno a hacer lo mismo. No puedo citar fuentes, en mi caso sólo puedo decir que lo leí en varios lugares, la misma información, de manera que supongo que son esas cosas que se van copiando de uno a otro sitio sin que se pueda determinar el origen.
Del cúmulo de cosas que se le asignan, parece haber cierto consenso en que pidió 3 cosas: Que el ataúd fuese llevado a hombros por los mejores médicos, que los tesoros que había conquistado fueran esparcido por el camino hasta su tumba y que sus manos quedaran balanceándose al aire, fuera del cajón, a la vista de todos.
Las razones, claro, son las que cabe esperar del método de la moraleja que inventa esta clase de cosas para dejar algún mensaje.
Supuestamente pidió estas cosas para enseñar humildad a los médicos, así pueden pasear con el fruto de su fracaso sobre los hombres y dejar en claro que ellos no están sobre la muerte, sino la muerte sobre ellos; luego, para que el pueblo sepa que nada material se lleva a la tumba, que todo se queda y por último, para que todos vieran que se va uno a la tumba con las manos vacías.
Estos deseos configuran toda una contradicción en sí misma, por ello, estoy de acuerdo con aquel post en el que indicaba que nada de lo que se le asigna a palabras de Alejandro puede ser cierto y todo parte de la base que fundamentalmente Alejandro se creía un dios inmortal, ya había sido herido gravemente en otras ocasiones y había sobrevivido a ellas; no había conocimientos en medicina como para estar seguros que se muere o se vive, todo era más bien una combinación entre chapucerías de brujería, medicina primaria y suerte.
Pero en definitiva, hasta el hecho de necesitar inventar este tipo de cosas revela una: la condición humana que nos recuerden que el único valor importante en el mundo es el tiempo, no los bienes materiales, cosa en la que Alejandro ni siquiera pensaba.
En su época, el tiempo no era un objeto de reflexión, porque si lo hubiera sido, no hubiera participado de guerras de conquistas tan largas y encarnizadas, mostrando un desprecio llamativo respecto al valor de la vida.
Alguien que no le daba valor a la vida, mucho menor iba a realizar las reflexiones que se le asignan.
Creo que la grandeza de Alejandro como estadista nos hace pretender una sabiduría que fue probablemente inexistente, la inteligencia para estrategias de guerra no implica necesariamente una ética de la moral y respeto sobre aspectos filosóficos de la vida.
No les creo nada.
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