A veces esta clase de noticias coloca el nombre de una personalidad, ya olvidada, en los titulares.
Me estuve preguntando por qué le conviene al partido comunista que el nombre del famoso escritor esté en la boca de todos, en este momento.
Sin que sepamos con qué pruebas o rumor o lo que sea, desde el partido comunista chileno se está propagando la idea que Neruda murió envenenado, en vez de por causas naturales, y a raíz de ello, piden la exhumación del cadáver.
La fundación Pablo Neruda, que tiene los derechos sobre los asuntos del escritor, por supuesto, se niegan.
Me pregunto si tener los derechos sobre libros y obras de un autor te da derechos sobre su cadáver.
Me parece, tengo la impresión, o tengo la opinión que debería ser así, que este último derecho es de la familia, y me niego a creer que intereses comerciales o políticos puedan decidir sobre algo como eso.
Neruda murió en septiembre de 1973, poco antes del golpe militar de Pinochet, así describen los diarios la muerte de Neruda, como si el hecho se relacionaran entre sí.
En el año 1973 también ocurrió un atentado con el rey Hassan II, en Marruecos, podría ser que los oficiales que perpetraron el hecho hayan pensado en el veneno, para perpetrar ese hecho y cambiaron de opinión vendiendo la sustancia en Latinoamérica, yendo a parar al cuerpo de Neruda, provocando su deceso.
También ocurrió que ese año, Elvis, realizó una de las primeras trasmisiones de su concierto vía satélite; estoy seguro que puesto a imaginar encontraría alguna razón para relacionar la muerte de Neruda con ese hecho.
En Mayo de ese año, asumió Cámpora, comenzando una zaga nefasta en Argentina, no porque hubiera el peronismo accedido al poder, después de 55 años del derrocamiento de Perón.
En agosto de ese año, un terrible terremoto destruye las ciudades mexicanas Orizaba, Rio Blanco, Cordoba y otras, un desastre que provoca 1200 muertos.
Vamos a suponer por un momento que sea real que Neruda fue envenenado, me gustaría saber en realidad, cuál es la especulación por la cual su desaparición era necesaria.
Amé a Neruda, como hombre y escritor, pero el mundo por sí mismo encuentra el modo de ser destructivo, y las personas superan a la naturaleza ampliamente en ese objetivo.
No sé si el dolor a los familiares por realizar una exhumación no es más importante que la respuestas sobre si fue envenenado o no.
Pienso que es algo que le puede interesar a la historia, pero que tendría que averiguarse cuando ya no queden deudos vivos.
O si estoy completamente equivocado y cuánto se sepa mejor, siento solidaridad con la familia que tiene que soportar el embate de la historia que quiere hacer hablar al cuerpo de Neruda, ya muerto.
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