En mi percepción, el “asunto Kirchner”, en referencia a cual de los dos era más presidenciable, estaban bastante parejos pero con una inclinación, lenta y en crecimiento hacia Cristina.
Nestor era percibido como un elemento de conflicto en asuntos que competían a la presidenta, pero cuando pasó lo de la renuncia de Ocaña, quedó en evidencia que Nestor realizaba actividades”fuera de agenda” y con supuestos dirigente como Moyano, fuera de la esfera de conocimiento de la Presidenta.
Ocaña renunció, como marca el protocolo de dignidad, hay otros que siguen ahí, pero lo más peligroso es que tras bastidores y de su propio riñón, la presidenta es mantenida al margen de convenios poco claros.
Nestor tenía su propia agenda, que no compartía con su mujer, tengo la sospecha que para “protegerla”, siempre podría decir que ella no sabía, aunque suene extraño ese argumento, en este país de niños, cualquier cosa puede pasar.
La pregunta ahora es qué pasará con esos “convenios” truncos, ahora la presidenta tendrá que darse obligatoriamente por enterada, o tendrá que nombrar a alguien para ese propósito.
El asunto tiene nervioso a más de uno, “la palabra” desapareció, y eso dará pié a afirmar cosas de las que no hay nada escrito, a extorsiones, quizás, abusos.
Mientras, hay una voz que no se puede callar: la del pueblo. Si algo impresionó en el funeral de Nestor, fue la juventud, que se creía borrada, en un acto de presencia impresionante bajo el lema: Fuerza Cristina.
Nadie puede ignorar esa voz, hay toda una generación empujando a los que están “alojados” en el poder, les han dado voz, les han indicado que es posible hablar, pretender, Nestor instauró una política de inclusión, pero no sólo de las minorías, sino de una juventud que hoy parece despertar de un letargo implementado eficazmente por las fuerzas de la época de la guerra sucia.
Para muchos, es una suerte que por fin se vean jóvenes que están más allá del Twitter y estén en condiciones de enfrentar con decisión el rol que algún día ocuparán.
Ha ocurrido una bisagra en la política, el clima actual es tan enrarecido que nadie se anima a emitir opinión.
Por mi parte, encuentro propicio que haya tanta pluralidad, quizás, algo bueno vaya a salir de esto.
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