De larga data, la costumbre del matrimonio se vuelve ley cuando es necesario establecer normas contractuales, reglas que permitan definir derechos de los contrayentes.
En un principio, era una forma de distinguir el concubinato de la relación formal, también con el objetivo de identificar derechos y obligaciones.
Personalmente no sé por qué el estado tiene que involucrarse en los derechos y obligaciones, entiendo que debería ser un asunto de a dos.
El tema de los bienes y los hijos, estoy de acuerdo que debería haber una norma o ley, pero tratados como productos de una unión, no es necesaria la palabra matrimonio involucrada.
En los tiempos modernos, basta con un ADN para despejar los malos entendidos.
También las variaciones que devienen con los niños adoptados o incluso los abandonados.
Quiero decir que se debería normar a los “otros”, a los ajenos a los contrayentes, pero no los contrayentes mismos.
Pero, como aparentemente el usar el tiempo con o de una persona, merece establecer algún tipo de derecho, lo cual concedo, aunque no estoy de acuerdo, lo menos que se debería tener en cuenta es lo ridículo que resulta el concepto de matrimonio hoy en día, es anacrónico y absurdo.
Por ejemplo: el hecho de que se asume que es para toda la vida, salvo en el caso que se diga lo contrario.
Decir lo contrario te sume en decenas de inconvenientes, el peor es que litigio en que se lleva años de disgustos y dinero perdido, donde opinan los ajenos, sin aportar más que más problemas e incluso volver más doloroso el proceso.
No tengo que explicar el trastorno que es una separación o divorcio, es decir: no sólo el matrimonio es un anacronismo, sino que a esta altura, genera más problemas que soluciones.
Entonces, es hora de modernizar la historia.
Es hora de crear el Matrimonio con vencimiento. Un sistema que está en el “medio”, entre eliminarlo por absurdo, como pensamos algunos, o permitirlo para el que quiera, sin los problemas que conlleva la separación o divorcio.
Todo hay con vencimiento, las boletas de la luz, la vida útil de las tarjetas de crédito, cómo no va a haber vencimiento para el matrimonio.
Sería genial que te casaran por 7 años, por ejemplo. Ya que dicen que es el límite en que te agarra la comezón y momento crítico en el que hay una mayoría de separaciones, entonces es una cantidad de años de vencimiento sensato.
Imaginemos la cantidad de dinero que nos ahorraríamos, si pudiéramos elegir casarnos con un Matrimonio con Vencimiento.
A los 7 años, todos los derechos y obligaciones, caducan y quedas liberado del grillete automáticamente sin hacer ningún trámite.
Si luego del vencimiento, aún querés volver a casarte con la misma mujer, corre por cuenta y riesgo personal.
A los fines prácticos, el matrimonio con vencimiento es genial, limpio, sin problemas, sin gastos.
Desde este foro púbico postulo la idea para proponerla como una reforma de la ley que promulga el matrimonio.
Basta de esta ridiculez del matrimonio eterno, inexistente y problemático.
Votemos por el Matrimonio con Vencimiento.
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