Con ese anuncio, nos sorprendieron los diarios esta mañana, se vende en India, su nombre, extraño: Aakash Ubislate, ni siquiera estoy seguro de saber cómo suenan esas palabras. Siempre se festeja el camino de la tecnología, sin dejar de autoadmirarnos por nuestra inteligencia, pero los seres humanos somos con esos niños que arrijan todo en el suelo sin comprender las consecuencias de ello.
La dichosa tableta es la más barata del mundo, y ese es el logro, porque en prestaciones tecnológicas prácticamente estamos en la estratósfera.
Mientras las tabletas, de moda en nuestro país tienen precios sin explicación, lo que me preocupa es que tengo algún sentido de alerta cuando algo parece tan barato, tan exquisito, tan de tecnología de avanzada, porque no dejo de pensar en que cada avance de estos genera una enorme montaña de basura tecnológica.
Mejores velocidades, mejores tamaños, más conexión se traduce en problemas de desechos, y el problema de desecho sigue siendo el de los chistes: se barre bajo la alfombra, sólo que la alfombra es el suelo de nuestro planeta.
Va a pasar lo de siempre, las organizaciones ecologistas harán todas las advertencias necesarias, pero la humanidad está sorbida por la descabellada idea que tener lo último es lo que nos coloca en un medio competitivo.
Hay en todos algunos de los síntomas efectos de la cantidad de tecnología con que convivimos a diario, insomnio, incremento de la presión sanguínea, perturbación en el sistema nervioso, obesidad, daño a los riñones, abortos, anemia, disminución de la fertilidad en hombres; son casi un correlato de hogares en los que hay celulares, computadoras, microondas, televisores.
No sólo estamos hacinados los humanos, además, nos pertrechamos en nuestros hogares con estos objetos de consumo de salud.
Ni hablar del daño al medio ambiente, les dejamos a los niños del futuro la tarea, quizás de sobrevivir en un planeta con casi nada de oxígeno, con poca capa de ozono, sobrecalentamiento del planeta, en el mejor de los escenarios, en el peor, tendrán que cavar pozo y migrar, si pudieran, como gusanos, hacia el centro de la tierra a tratar de sobrevivir como luego del meteorito que extinguió a los dinosaurios, con una diferencia: somos una especie que no puede sobrevivir tanto tiempo como el necesario para que el planeta se cure por sí mismo de nuestros desastres.
Si sobrevivimos a todo esto, será en forma de otra especie, como suele hacer la naturaleza cuando colapsa un medio de vida que ha creado.
La opción del espacio nos está quedando corta, ya nos la estamos ingeniando para llenarlo de basura también.
En un acercamiento actual, los aparatos estos, celulares, tablets, contienen elementos tóxicos de todo tipo; níquel, que afecta a los pulmones; cromo que provoca problemas en la piel y se manifiesta en erupciones cutáneas; cadmio que provoca debilitamiento cálceo con los correspondientes riesgos de fracturas, también diarrea, daños al sistema nervioso y se sabe que cáncer; y estoy mencionando sólo algunos de los efectos más evidentes.
Los países con gobiernos consientes no guardan su basura debajo de la alfombra, tienen políticas de reciclaje, políticas de reutilización de elementos.
¿Qué hacemos en Argentina?, nos quejamos porque cerraron la importación.
Algunos números:
• La batería de níquel cadmio de un celular contaminaría 50.000 litros de agua y afectar 10 metros cúbicos de suelo.
• Un televisor puede contaminar 80.000 litros de agua por su contenido de metales en las plaquetas, plomo en vidrio y fósforo en la pantalla.
• Una plaqueta de un celular o una computadora tiene mercurio, bromo, cadmio, plomo y selenio, entre otros contaminantes peligrosos según la ley argentina de residuos peligrosos.
• Toda heladera o aire acondicionado tiene gases CFC que destruyen la capa de ozono, tanto en el gas refrigerante como en el poliuretano expandido.
Pero yo ya sé que usted querido lector, ya sabe todo esto, la pregunta es: qué vamos a hacer, que alguien nos ayude, necesitamos un shock para parar todo este descalabro, aunque se lo digo desde mi teclado y sé que usted lo leerá en la pantalla de su computadora, al menos en mi caso, mi granito será: no comprar tablets, ni cambiar el celular, ni el viejo microondas ni la tv, que no es de plasta y es de hace 10 años, y una sola, y el único cambio es el del aire acondicionado porque tengo huesos viejos y ya boqueo, por un Split que no contamina la capa de ozono, y finalmente la heladera no frost que no contribuye al debilitamiento de la capa de ozono y al final, todos estos ahorros para poder comprarme esa pastillita de geriatría que contiene cadmio, porque la edad no me da para zamparme los patés, champiñones, mariscos, mejillones, cacao y algas secas del cual extrae el cuerpo esos elementos; y la pastillita de níquel, por la misma razón, en vez de devorar un puñado de nueces, una resma de almendras y pistacho sin que falte la avellana, porque tendrían que levantarme con una grúa y depositarme en un hospital, en el área de terminales o esos ya olvidados exquisitos arenque o langosta, porque el ahorro no alcanza para tanto.
SEAMOS CONCIENTES: ¡necesitamos dejar de destruir el planeta para poder mantenernos saludables!
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