A mi no me caen mejor los Iraníes que a otros, como cualquier país con actividades tiranas, prefiero poder hablar de ellos que vivir ahí.
Pero también es lo mismo en Estados Unidos, porque se puede hablar, tal vez escribir, pero la tiranía es otra, una en la que crees que algún día el tirano sos vos.
Es increíble que Hillary Clinton haya declarado que en Irán deben respetar los derechos humanos.
Estoy de acuerdo con el mensaje, pero no con la mensajera.
Estados Unidos se arroga el derecho de defender los derechos humanos del mundo, cuando son los primeros en meterse en guerra y en políticas internas de otros países sólo porque les conviene económicamente.
Habrase visto descaro.
Incluso, el mensaje no es de solicitud, de pedido, sino de “deber”, dice: “los líderes políticos iraníes deben respetar los derechos de sus ciudadanos…”
Es de risa, como si ellos respetaran los propios.
Es sabido la cantidad de revueltas en otro países de las cuales Estados Unidos participaron y ahora se meten en aconsejar a otros países, como si ellos tuvieran autoridad moral para hacerlo.
Mismo lo de Cuba, que ellos ayudaron a conseguir, no hay que olvidar que ellos armaron a Fidel Castro para la toma de ese país, presuponiendo que “manipulaban” a un ignorante.
El ignorante les demostró por más de 40 años quién es el dueño de su país.
No me gustan las dictaduras, ni los abusos de los gobiernos, ni nada que sojuzgue a los ciudadanos de cualquier Nación, pero escuchar ese discurso de Hillary Clinton es como esa película de niños donde nos quieren convencer que un tiburón es vegetariano. A otro con ese cuento.
El país del norte cree que somos niños.
Qué otros sapos nos harán tragar sin que nos demos cuenta para que piensen que puede decir cualquier pavada y que les creamos.
No puedo dejar de pensar en que nos meten el dedo en el traste y ni nos damos cuenta.
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