Nos vamos sacando las máscaras, se admite que hay acciones militares por interese económicos que involucran a la política de un país.
Linda mezcla, todo preparado para que los que pierdan sean los ciudadanos.
El que hizo la tan inconveniente declaración, Horst Köhler, fue obligado a presentar la renuncia, luego de decir semejante barbaridad, el ejército, según él, debe servir a los intereses económicos nacionales.
Algo que todos los países saben, usan, pero nadie se atreve a decir.
Ahora se sabe por qué: le cuesta el puesto a cualquiera, hasta al menos astuto.
Pero, como soy desconfiado, que una cosa tan obvia sea dicha por un presidente me huele a conspiración. O se lo hicieron decir y el tipo es un títere que no midió las consecuencias, o lo sacrificaron conscientemente para ganancia de otro.
El asunto se generó por el despliegue en Afganistán del ejército Alemán, cuyas razones en todos los países es la misma, pero que todos se toman el trabajo de disfrazar con discursos de contenido social, humanitario, y otros argumentos igualmente mentirosos.
Qué le pasó al presidente alemán, ¿lo medicaron ese día?
Imagino a la oposición del presidente de ese país, brindando con champagne, cuando EEUU gasta millones en plata y poder para hacerle creer a la humanidad que sus intervenciones militares se deben a asuntos de seguridad internacional, un presidente, nada menos, dice lo que todo el mundo sabe pero se hacen lo que no.
La misión de la OTAM en Afganistan deben querer matarlo, pues en otras palabras les dijeron en la cara lo que es un secreto a voces, que están complotado en intereses que no son precisamente humanitarios, y que además “deben estar de acuerdo”, porque según para eso es el ejército: para defender interese comerciales de sus países.
Si no fuera una verdad patética, sería graciosa.
Ahora de qué se van disfrazar la OTAN y los países que intervienen en ese conflicto para deshacer esas declaraciones.
Ese país tiene un tema histórico con crear guerras por asuntos económicos, lo cual demuestra que Hitler sembró más de lo que la gente niega.
Esas fueron precisamente las mismas motivaciones por las que Hitler metió en una guerra a su país, sacrificando más de 40 millones de vidas al servicio de “beneficios económicos”.
Lindo país.
|