La publicidad siempre ha sido el motivo de toda publicación, ya sea porque se venden productos como si se venden contenidos, el anzuelo: la curiosidad, sed, no sé cómo definirlo, es la atracción del ser humano por leer, noticias, novedades, informes, cualquier cosa, y si no hay lecturas, se ataca con publicidad de otra manera, por ejemplo, es bastante común que en las películas nos metan la publicidad muy sutilmente, tema que encara, justamente la película de

Todo ese mecanismo es como una convención, los usuarios lo sabemos, las empresas lo saben, todos contentos.

Pero, por primera vez, ha ocurrido una distorsión, en la versión impresa del diario Los Angeles Times, del viernes, apareció en la portara una publicidad gigantesca de una película.

La portada del diario dedicada a esa publicidad.

Tengo la impresión que se está haciendo historia, por primera vez en un periódico importante se llega a la situación que la portada, la tapa del diario, el espacio más caro y codiciado por todo periodista, está ocupada con una publicidad.

Semejante asunto, ha provocado que se comentara en todo el mundo.

Creo, por supuesto que van a salir corriendo a comprar el ejemplar, que por cierto, no se puede negar que la estética está afín con los tiempos, no me extrañaría que muchos desearan tener el ejemplar para coleccionar, es una gráfica impresionante.

En Disney deben estar fascinados, la noticia aparece en un montón de diarios, publicidad gratis e ingreso a la historia publicitaria con el mismo movimiento.

Esto me genera la reflexión de que quizás no nos hemos dado cuenta de los problemas financieros que se causan a los medios de información con el advenimiento de la Internet, tanto, que evidentemente ese diario se debe haber tenido que acomodar y cruzar la frontera de género, convirtiéndose en una especie de noticias de publicidad en vez de diario de información.

Lo que sé es que se ha cruzado una frontera, la publicidad, que algunos consideramos invasiva, ha conquistado otro espacio, uno, que el era vedado hasta ahora.

Qué tedio nos espera.