No sé si estoy más indignada por la distorsión con se ha otorgado ese premio, que ya se difunde como “premio al reconocimiento a las mujeres”, como al hecho de que el nombre de la escritora sobre la cual se eligió es nada menos que Diamela Eltit.
Me remito al título: la literatura está de luto, pues ese premio que debía ser de literatura, se convierte en un emblema equívoco de “literatura de mujeres”; como mujer, me siento insultada y no permito que de ningún modo se me utilice como referenciada a semejante “diseño” de excusa para otorgarle el premio a una escritora de tercera o cuarta fila.
Mis disculpas a Diamela Eltit cuyo nombre no merece ser mal utilizado en un artículo en donde esté compartiendo nombre con la Allende.
Siento asco de que un país que ha dado excelentes escritores le tenga tan poco aprecio a la dignidad con que la literatura se sostiene con nombres tan importantes como Donoso, Lemebel, Bolaño , Eltit, escritores con una prosa exquisita, que ofrecen verdaderos aportes a la literatura y en su defecto premia a una escritora que no debería siquiera figurar como candidata a nada que lleve el nombre “nacional”, de escritura olvidable y prensa liviana y obviamente maniquea.
Mi admiración por Diamela Eltit, y su obra exquisita me impulsa a dejar dicho que aunque es obvio que intereses económicos han motivado semejante resultado, mientras Allende es sobrevalorada, seguirá siendo ignorada por la crítica y por los pares, porque su olvidable obra no aporta nada.
La obra de Diamela Eltit, seguirá despertando admiración y sabrá abrirse el camino del talento que es el camino propio, sin necesidad de publicidad necia ni de arreglos extraños.
Para completar el absurdo, la propia Allende en declaraciones afirma, consciente de que no cuenta con el apoyo de escritores de verdad, que hay “prejuicios”, con su obra por ser difundida.
Con esas declaraciones pretende “subsanar” lo obvio: hay muchos y buenos escritores muy difundidos, más que ella, que merecieron esa clase de premios, y a nadie se le ha ocurrido cuestionarles la calidad literaria.
Allende no escucha, simplemente nos gustaría que señalara alguna “cosa literaria” para merecer ese premio, siendo que sus obras son más bien menjunje y copia de tantas otras y no aporta nada a la literatura.
Sus comentarios dejan más que claro que ni siquiera tiene conocimiento como para comprender la diferencia entre sus escritos y la exquisita escritura de la Eltit.
El consuelo que nos queda es que no nos importa lo que Allende intente con sus comentarios, está clarísimo que los más reconocidos escritores ya le han dado el premio a quien se lo merece, a Diamela Eltit, con el mejor de los homenajes: leyéndola.
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