Dicen que la palabra “sincera” tiene origen entre los escultores españoles medievales.
Cuando una estatua se tallaba en mármol y aparecían fallas o imperfecciones se rellenaban con cera.
Una estatua que no tuviera ningún defecto que ocultar, era una estatua sin cera, y de ahí que se diga “sincera” a algo puro, sin defectos.
Sin proponérmelo, leyendo no sé en dónde volvió a aparecer, otra vez, la palabra “sincera”.
En esta segunda vez el cuento era que la palabra fue inventada por los romanos, que usaban la cera para fabricar vasos; al principio la cera era normalmente opaca, al ir perfeccionado la técnica, los vasos fueron volviéndose más claros y transparentes, tal como su fueran “sin cera”. Ser sincero, pasó a ser un sinónimo de transparente, transparente asociándolo a personas evolucionó a “franco”, y de “franco” a “verdadero” un paso.
Luego, navegando la Internet, encontré que en realidad –tengo dudas al usar la palabra “realidad” con este tema–, la palabreja, dicen, viene del latín “sincerus”, que quiere decir: puro, sin mezcla. Algunos dicen que deriva de “sem”, que se traduce como “uno”, y que se originó al justar palabras como: simple, sencillo, singular; aunque está última asociación se me quedó un poco en el tintero del entendimiento, pero parece que es algo así como "sim" de simplex, simil y simul significan "sin deterioro", o paradójicamente, "con", "conservado", cosa común en los diversos latines, "con los atributos originales", que deriva de los lenguajes protoindoeuropeos, "sa", "original", "original de" y "ma", "madre", es decir "genuino" "único", "específico", que por magia y movilidad incierta de los lenguajes se relacionó con "cerum" que se va a trasformar en los castellanos; "cirio" y "cera", por una lado.
Por otro, “rerum” se transforma en "puro", prácticamente lo contrario.
Cera, si hace referencia a la miel, proviene del germánico "kiri", "natural", "con la forma o composición natural", que es tal vez la miel y el panal, en el que precisamente se "conservan" la "cera", y a su vez del protoindoeuropeo "kar" "hacer", "formar según las leyes de la naturaleza".
Pero otra versión, ésta de cuño italiano, dice que viene del latin sincerum, que significaría algo así como “virgen”, con el significado que se le da a los fluidos como el aceite, aceite virgen.
Hay otra versión, tan elaborada como las anteriores, que hablan del origen del vocablo, esta vez en masculino: sincero, que significa literalmente: "que no tiene cero, que carece de cero".
El cero apareció por primera vez en la india. En el tiempo en que el cero significaba algo secreto u oculto, una persona "sin cero" significaba alguien que no ocultaba nada, que manifestaba libremente su parecer y hablaba sin engaños ni ocultamientos. Este es el sentido que conservó hasta hoy.
Otro posible origen, descarta los anteriores y afirma que sincero es una palabra Griega que significa limpio o puro, que es traducida como "Sincero" viene de la palabra que significa Limpio o Puro. Algunos eruditos, sin embargo, nos dicen, que la palabra es [ELIKRINEIS], la que dividida en ELIE (o HELIE) significa Sol y KRINO que significa juzgar. Por lo tanto la palabra significa Juzgado a la luz del Sol. De este modo, Puro o Intachable.
Algún que otro lego en el tema del latín asegura que en latín el adjetivo "sincero/a" es sincerus-a-um que significa ‘puro’, ‘natural’, ‘incorrupto’, ‘íntegro’, que en cambio sincera, no es su femenino, sino que es ‘sin cera’ del “sine cera”, la "e" de sincera es larga y la de cera también.
En otra variación de los anteriores argumentos, apareció alguien que afirma que en la antigua Roma se impuso la moda de adornar las casas con estatuas de bronce –en la versión anterior era de mármol, y no era en Roma, sino en España– por lo que el metal comenzó a escasear.
Los escultores optaron por mezclar metales y engañar a los compradores. En la fundición, las estatuas quedaban con desperfectos y porosidades por no ser de puro bronce, resolvieron rellenar las grietas con cera, de ese modo las esculturas quedaban lisas y brillantes.
Pero en verano llegaba la verdad, la cera se derretía y los Romanos descubrieron estatuas "sin cera y con cera", una variación de la otra versión, pero en ésta hay un engaño involucrado.
Parece que la palabra sincero/a es de origen más bien poco sincero, e insincero.
Ana Abregú.
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