Leí la primera carta de Horacio González y me pareció razonable y justa, aunque yo no habría puesto el acento en que Mario Vargas Llosa habla pestes de gobiernos populares y por eso es inconveniente que abra la Feria. Si admitimos eso, se abren muchas cuestiones a discutir: Balzac era un reaccionario y Marx lo defendió, Pound era un fascista y se sigue hablando de él; el asunto, en esa perspectiva, es el reiterado y difícilmente abordable de la relación entre escritores y política. Parece indispensable, y a nadie le parece mal, que los escritores se comprometan, pero con la izquierda. Si se comprometen con la derecha, el asunto cambia, aunque hay derecha y derecha y la que defiende Vargas Llosa es de las menos presentables que actúan en América latina. Pero ese tema es más académico; más de fondo es preguntar por qué de repente una situación tradicional y eminentemente literaria se politiza produciendo el malestar que trasunta la carta de González. ¿Habrá incidido en la Fundación el hecho de que la Feria se hace en la Rural y eso la habrá llevado a actuar como respondiendo al espíritu, y los intereses, de la Mesa de Enlace? Yo preguntaría, de paso, por qué nunca se le ocurrió invitar a algo semejante a García Márquez o a Saramago, tan nóbeles como Vargas Llosa. No lo hicieron porque la apertura debía ser nacional y hasta cierto punto un acto de reconocimiento, y ahora cambian de criterio y empastan la situación. ¿Oportunismo? ¿Aprovecharemos una publicidad más o menos mundial para darle brillo a un acto que se siente como cuasi provinciano? ¿No basta con la mera asistencia de diversos especímenes, con diversos antecedentes y valores, y que cada cual elija a quién quiere ver y escuchar? Presencias brillantes hemos visto, mamarrachos a granel también y no pasa nada, hay para todos los gustos, y si Vargas Llosa habla en uno de esos actos, pues que tenga suerte con los suplementos literarios de los grandes diarios y la vigorosa TV. ¿O bien se trata de que Vargas Llosa atraerá a cierta gente que quiere que se le hable en su propio idioma y eso le dará más frutos al negocio? Pero si es peligroso politizar lo literario, como es el caso, también lo es comercializar la literatura, quién no lo sabe. Y si ése es el argumento, pues estamos en una zona fangosa y por lo tanto tenemos razón quienes creemos que invitar a Vargas Llosa a abrir la Feria es un paso en falso, un absurdo compromiso que puede leerse inclusive en el contexto del proceso electoral que se está abriendo con todos los retortijones que conmueven el vientre político local.
Noé Jitrik
Noe Jitrik es escritor y crítico.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/subnotas/20925-5697-2011-03-02.html