A raíz de mi deficiencia de inspiración que se remite al hecho que la palabra poética me esquiva, he dedicado mis pensamientos a casos parecidos.
Cuando uno entra en desgracia es bueno compararse con alguien a quien le haya ido peor.
El caso más famoso de silencio literario es Salinger, que al ser tan famoso, me parece que no necesita presentación.
El escritor un día no escribió más, su libro más famoso fue “El guardián entre el centeno”, que por su hija se sabe que tardó 10 años en escribir.
¿Al respecto tengo una duda, sigue siendo escritor alguien que no escribe?, en todo tipo de solicitudes a mi me gustaba poner: escritor; ahora no sé qué poner, qué habrá puesto Salinger en la misa situación, cosas importantes como esas nadie te cuenta.
No concedía entrevistas, no escribió un diario, nadie cercano a él como para que se sepa qué pasó.
Hay una biografía de su hija en la que supuestamente cuenta intimidades familiares, como que el escritor se bebía su propia orina, que maltrataba a la madre con la que parece que ni mantenía relaciones sexuales, lo cual plantea la situación de quién era ella, o tal vez por eso mismo, se vengó de algo, publicando la supuesta biografía del padre. Luego apareció otro autor, que como no estuvo autorizado, tampoco se puede confiar en que sea una biografía más correcta que la de la hija, quién sabe, tal vez por piedad, se le cree más a ese autor que a alija, y de ahí que dicen que escribió, en realidad, dos novelas y varios relatos, que no quiso publicar.
En caso que a mi me pase algo así, acá en Sintagmas, va quedando el testimonio de mi situación, al menos cuando inventen tendrán material de primera mano.
Todo esto para contarles que como ejemplo no me sirve, porque todos afirman que siguió escribiendo hasta los 90 años, con la misma incansable inspiración. Claro, cuando alguien se agarra la inspiración para sí, de forma tan mezquina, no queda mucho para el resto.
Ahora al menos tengo alguien a quién echarle la culpa.
Acaba de fallecer, de manera que espero haya soltado la inspiración y el resto nos aliviemos un poco.
Valga este homenaje a un grande. |