Por Francisco López Santos
Le preguntó un estudiante al Licenciado Vidriera si era poeta y éste personaje de “Las novelas Ejemplares”, enloquecido a causa de un hechizo pero de memoria e inteligencia prodigiosa ,que se creía hecho de frágil vidrio y tenía terror a romperse, le respondió:
- Hasta ahora no he sido tan necio, ni tan venturoso-
- No entiendo eso de necio y venturoso –
Y respondió Vidriera:
- No he sido tan necio en dar en poeta malo, ni tan venturoso que haya merecido serlo bueno.
Y otro estudiante le preguntó: ¿En qué estimación tiene a los poetas?. Respondió que a la ciencia en mucha, pero a los poetas, en ninguna. Replicáronle que por qué decía aquello. Respondió que: del infinito número de poetas que había, eran tan pocos los buenos que casi no hacían un número. Y así, como si no hubiese poetas, no los estimaba, pero que admiraba y reverenciaba a la ciencia de la poesía, porque encerraba en sí a todas las demás ciencias, porque de todas se sirve, de todas se adorna, pule y caza a la luz de sus maravillosas obras, con que llena al mundo de provecho, deleite y maravilla.
Cervantes, crítico mordaz de su época, se atrevió a opinar así, en el siglo de oro español, por medio del ingenioso Licenciado Vidriera, personaje que dio origen al ingenioso hidalgo “Don Quijote de la Mancha”, que lo hizo inmortal.
“De poetas y de locos todos tenemos un poco” y, como los niños y los locos dicen la verdad, es que deben ser perdonados... (Esta similitud, en cuanto al número estimado de poetas, no ha cambiado mucho).
En el tiempo de los griegos, el profetizar en el templo de Delfos, era determinar y obligar al futuro, por el hecho de seducir a Apolo, mediante elogioso versos de belleza, expresada en métrica y rima musical, propia para el oído de los Dioses.
Las respuestas del Oráculo, eran duales, de difícil interpretación.
En el mundo de hoy, las mayorías no han conocido otro ambiente que el de la ciudad. Todo es obra del hombre, ente fuera de la naturaleza que ha derrumbado ídolos, y ni a Dios dejó en pié.
El hombre, Dionisio sensual, ha pasado a ser el creador de su infierno – paraíso y, envuelto en razones psicologistas, comenzó a adorarse en la apoteosis del espejo.
Los surrealistas, a principios del siglo XX, se embarcaron en la teoría del subconsciente, y la generación beat, después de la segunda guerra, las reiniciaron hasta las extremas consecuencias del mezcal, drogas psicotrópicas, la meditación y el LCD.
Pretendieron,en prácticas chamánicas de viajes al interior de la caverna mental, descubrir los supremos afluentes de la huidiza inspiración.
Los mensajes emitidos por la experiencia de estos viajes sicodélicos, eran más indescifrables que el de los oráculos.
¿Cómo incorporar “todas las ciencias con que se pule y da luz a todas las artes”, si en este mundo de progreso tan vertiginoso, las causas atropellan a los efectos y el porvenir, encadenado al presente, pasa de largo?
¿A este hombre sin Dioses, de moral sin fronteras, y consumistaenervante. A este vivir todos los goces, que conducen al tedio y luego a habitar el vacío?
De la presente escuela se pueden citar el Ulises de Joice y Esperando a Godot de Ionesco (obra del absurdo) y las de Berthold Bretch y Ezra Pound, traductor de poesía Oriental... Bukosky y otros de la troica norteamericana, de la contracultura o las canciones de rock Allen Ginsberg, Jack Keruac y W. Burroughs, con su emblema “Drogas, sexo y rock and roll”.
En la Argentina el surrealismo fue introducido por Aldo Pellegrini y el más destacado: Oliverio Girondo.
La poesía del hoy, variada hasta la confusión, va de la síntesis extrema con modelos de teoremas geométricos, anemia emocional y el ansia feroz de convencer, al mensaje cifrado y a completar por el lector, que tiene que hacer un trabajo de arqueólogo en la lingüística del escritor.
Éste le ofrece una pizca de materia,o porción subliminal de un corazón de aceituna, para que otros participen, sacando conclusiones del gusto, la pulpa y que vislumbren al fin el árbol, tal vez de oliva. Todo es ambigüedad, donde cada uno pone y ve lo que quiere, total,fue dictado por el ego de un médium, que no admite preguntas.
W. Burroghs, autor del Banquete desnudo y la Soft Machine, sostuvo que el lenguaje humano se debió a un virus mutante, que hundió al hombre en el mundo de la razón (cosa que dificultaba “La plenitud de ausencia”, en sus viajes neuronales)
Si esto fuera así, sería mejor hacer una recuperación de archivos, resetear la máquina de pensar y reiniciar todo el programa.
Tal vez se descubra que la solución estaba en su inicio. Federico García Lorca (Poeta en Nueva York), sin recurrir a tal vademécum de psicotrópicos, en pocos meses, captó el mundo deshumanizado del tiempo moderno, con sólo su ojo de asombro, instinto esforzado de poeta y embocando al duende, dio luz al pensamiento y denunció la esclavitud de lo útil, demostrando que sólo lo convincente comunica.
A pesar de lo expuesto,con las antenas alertas e intentos de acierto, hago disparos en la oscuridad. Por este mundo desconcertado, trato de leer y escribir en los eclécticos estilos, que la historia nos ha legado. E intento, en conexiones con ello, recibir mensaje de conciencia insondable, o ver imágenes no contadas, del vacío o del todo.
Este ser, sin rumbo en el espacio, signo interrogante de ADN, requiere mantras, temas o metáforas que nos comuniquen, con algo más que lo visto, y que el hombre pueda rezar, ante la tormenta artificial que lo desintegra
Francisco López Santos pertenece al Ateneo Poético Argentino y publicó el libro Memorias de un rostro en la escotilla. En esta obra, mediante la poesía el autor relata su infancia en Galicia y su inmigración a la Argentina. Una historia de recuerdos y desarraigo que conmueve y entretiene al lector.
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