Mientras nosotros vamos en contra de toda sensatez, desentendiéndonos del daño que causamos al planeta emitiendo gases tóxicos o extinguiendo especies a las que perseguimos sin piedad, la naturaleza ofrece sorpresas inesperadas.
En la forma de pequeñas especies, hay indicios de que quizás no todo es tan malo, aunque a partir de que el hombre descubre una especie nueva, en realidad hay que empezar a temer por la especie.
Se ha encontrado una especie nueva de sanguijuela.
Es un bicho paradójico, porque si bien es una palabra usada en forma negativa, en realidad el rol de ese pequeño animalito es reivindicado por la medicina, de manera que su visibilidad reciente es bienvenida.
En la biografía del pequeño parásito, habrá una nota especial para el modo en que fue descubierto: dentro de la nariz de un niño.
La nueva especie de sanguijuela ya tiene nombre: Tyrannobdelia rex, que significa: sanguijuela tirana.
En este caso, la naturaleza fue más sabia y dotó al bicho de propiedades más severas que sus parientas conocidas, ya que al morder al huésped introduce microorganismos patógenos que producen inflamación y edemas, afectando seriamente la salud humana.
La nueva sanguijuela será, quizás, una enviada de la naturaleza para vengarse de su máximos depredados, el hombre.
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