Como si fuera poco lo que la naturaleza se queja de nosotros y hace cosa para “sacudirnos” de encima, hay personas que la ayudan.
Hace unos días un sabotaje hizo explotar una refinería en el norte de Milán. Era una refinería cerrada, así que no se entiende bien por qué tenía aún petróleo, el caso es que comenzó a derramarse por las napas freáticas hasta llegar el río Po.
Ahora está comenzando a cobrando vidas, contaminada el agua no se puede utilizar para beber, y ya se ha declarado la marea negra, cientos de animales, pájaros y peces murieron asfixiados, en varios kilómetros.
Y como siempre estos desastres presentan secuelas por muchos años, un ecosistema tarda años en recuperarse, si es que lo logra.
El acto fue deliberado y los intentos de contener el derrame fueron infructuosos.
Un desastre del cual probablemente se desconocen la totalidad de las víctimas presentes y futuras.
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