Todos los países sufrimos de un poco de chinofobia en referencia a la cantidad de productos de esa procedencia que inunda los mercados de todo tipo.
Los industriosos chinos imitan cualquier cosa que ven y salen al mercado con precios sin competencia, aunque la calidad de dichos productos no sean tenidos en cuenta.
Debido a este avance del mercado, China enfrenta serias presiones de los países del G-20.
Por ello, está saliendo tibiamente a enfrentar el problema con un cambio en la política monetaria.
Dicho anuncio no se tomó muy bien en quieren ven una maniobra de China para eludir el verdadero problema, ese país exporta más de lo que importa, con lo que la deuda de los otros países crece inexorablemente desequilibrada con los costos de esos países y el declive de los productos con que compiten.
Ya se habla de sanciones comerciales.
Obama insiste con la diplomacia, pero sus esfuerzos persuasivos caen en saco roto, China no cede ni retrocede.
La política China frente a los tipos de cambios es mantener artificialmente un tipo de cambio vendiendo su propia moneda y comprando divisa extranjera, manteniendo bajo el valor del cambio, de ese modo equipara su propia moneda a la estadounidense.
El gobierno de China administra y controla la entrada y salida de moneda extranjera, por lo que no tiene problema de “corridas” o de desestabilización de su moneda, ¿les suena conocido?
El yuan al mantenerse artificialmente se equipara a la una moneda fuerte y presenta un valor de cambio con productos equivalentes.
En otras palabras, mientras los productos que recibe de otros países son de cierta calidad y costo, exporta productos de inferior calidad a un costo equiparable, con lo cual genera un falso mercado de valores en productos.
El asunto de la moneda es más complicado que eso, pero es un indicador el hecho de que los mercados estén saturados de productos de ese país a precios que no se pueden equiparar a los locales.
A su vez, los productos extranjeros son más caros en ese país y por lo tanto no son requeridos.
De manera que a los países que comercian con China no les conviene explorar ese mercado pues de entrada ya saben que no habrá respuesta.
Esa economía no sólo es perjudicial para estados unidos, sino que en el mundo globalizado ya se sabe que cuando un mosquito estornuda en china, se derrumba la bolsa en Argentina.
Lo que ocurre es que se está forzando artificialmente el crédito bajo el supuesto de una moneda estable, sin suficientes bienes o servicios que generen el trabajo que a su vez posibilite el pago del endeudamiento.
Hasta cuándo se puede usar las mismas tácticas de terrorismo económico sin reventar la paciencia de los países cuyas economías no pueden soportar ninguna debacle como la ya acontecida en el mercado inmobiliario de Estados Unidos.
Mientras, el yuan devaluado favorece a las empresas chinas, pero genera los mismos problemas sociales que políticas parecidas han provocado en otros países, el nuestro incluido.
Mientras las empresas acumulan, el gobierno se beneficia, pero el contrato social roto se tomará su revancha en algún momento.
Los trabajadores organizan huelgas, y la disconformidad crece.
Por ahora, China anuncia, sin concretar que tiene intenciones rever el tema del yuan, pero por otro lado publican por todos lados que no hay subida de su moneda, con lo cual, los mercados van perdiendo la paciencia, pero no se deja de acumular moneda extranjera con bajo retorno.
No se entiende qué tiene que pasar para que China deje de jugar con los inversionistas, y da miedo pensarlo.
De lo que se habla es de sanciones comerciales, me tengo por seguro que Estados Unidos es capaz de cerrarle el mercado de su país y que los otros países del grupo de los G-20 apoyarán la medida.
¿Y Argentina?, ¿cuál será la postura de la presidenta?
Me animo a decir que generará alguna declaración de tibio apoyo a la no intromisión sobre las políticas monetarias de otros países, pero no podría asegurarlo.
La “salada” y sus sucursales o imitaciones son un negocio que se sostiene con productos chinos, con toda la publicidad que ha recibido recientemente hay que ver si se va a permitir “controlar” o cortar ese caño de efectivo abierto.
Qui lo sa.
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