La palabra “recursos humanos”, siempre me ha causado algo de escozor, porque hace ruido en que no parecemos algo que está y por lo tanto nos tienen que aceptar, sino que somos como un artefacto a utilizar, a servir para algo.
Ahora, casi hasta como artefactos, quedamos obsoletos ahora somos maquinarias de consumo.
Desde que la Internet ha demostrado ser un medio adecuado para captar la atención de grandes y chicos, nos hemos convertido en un “recurso de consumo”, nos captan con espejos de colores y ahí nos metemos nosotros, nos “toman” los mails, las imágenes, los videos, el tiempo y absolutamente todo lo que sea necesario para “vendernos”.
Somos “sujetos” de consumo, estamos sujetados por el consumo.
No es de extrañar que el mundo esté en crisis en cuanto a lo económico, todos los mercados comparten el mismo sujeto de consumo: nosotros, y no es posible que explotarnos con tantas simultaneidades, en algún momento se agota nuestra pila.
En la Unión Europea ya se manifiesta una crisis económica de estancamiento mientras Estados Unidos presenta un cierto crecimiento, claro, no somos fuentes inagotables, en cuanto se llena un vaso, otro se vacía.
Alemania, Grecia, España, Portugal, van para atrás, crecimiento económico cero. El modelo productivo, que nos tiene a los “sujetos” como protagonista está mostrando la hilacha: no crece, retrocede.
En Europa, la economía cayo un 4 %, no se estuvo tan mal, ni siquiera después de la segunda Guerra mundial.
La producción industrial retrocedió tanto que están en niveles que tenía en el año 90, como hace 10 años.
El desempleo, el bajo consumo, la baja tasa de natalidad está mostrando su peor cara.
La crisis afecta al funcionamiento de los bancos, que a su vez interfiere en las exportaciones y con ello la estructura comercial tambalea.
Algunos hacen hincapié en que la salida tiene que ver con los adelantos tecnológicos, pero desde mi punto de vista, hasta ahora, de la era digital lo que se deduce es que sólo unos cuantos ganan, el resto somos “recursos”, y no renovables.
Todos ponen en foco una solución en el que seguimos siendo en la ecuación un “recurso”. Me pregunto cuándo se le ocurrirá a alguien cambiar ese modelo y comenzar a cambiar la palabra “recurso” por algo como “destinatario”, o algo parecido que revele que los modelos deben tener en cuenta lo social, la salud, la cultura, el arte y que mientras nos sigan viendo como un recurso económico, siempre habrá un vaso que se llena y otro se vacía.
Mientras, una cifra espeluznante es que Google puede darse el lujo de de gasta en tecnología de la información mucho más que el programa Europeo (de toda Europa completa) de Innovación y Desarrollo.
La educación es otro problema, en Europa la obtención de un título universitario ha dejado de ser un objetivo, la falta de trabajo y la pobreza son las prioridades a cubrir.
Lo de Argentina debe ser contagioso, mucha gente está peor o igual que nosotros, que también vamos para atrás.
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