En el colmo del exceso de imaginación, y dejándola fuera, se ha creado una mascota real. Hablar de una mascota real, parece de Perogrullo, porque da a entender que existe alguna irreal, y sí, existen las irreales, por ejemplo la ya olvidada tamagoschi.
Se acuerda de ese vil juguetito que exigía de su niñito una rigurosa responsabilidad, ya que si se olvidaban de él se moría, había causado estragos el la psique del niño, razón por la cual desapareció rápidamente del mercado.
Ahora, apareció algo más siniestro, un bicho, o coso, o juguete, o mascota, no se sabe bien, de carne, huesos, sangre que se vende en jugueterías.
El coso, tiene muchas habilidades, todas pre-seleccionadas, pre- programadas, pre-vistas para el placer y elección del niño, se ofrecen en colores diferentes y con cada color una personalidad definida.
El rojo, por ejemplo es atlético, el verde servicial, el azul comunicativo, y así.
Cuenta con adminículos que informa diferentes aspectos de su estado de salud, como por ejemplo una luz se enciende en caso que su estado cardíaco no sea el adecuado.
Se venden en paquetes cerrados, de plástico, en una especie de estado de hibernación, y el paquete incluye un nutriente especial con que se debe alimentar al coso, a través de un tubo, para que el coso siga en ese estado, saludable hasta que el niño lo “despierte”.
Viven entre 1 a 3 años, depende del dinero que esté dispuesto a desembolsar, y viene con instrucciones para cuidarlo, no sea que lo mates el primer día, por ignorancia.
¿Soy el único al que le parece un horror?
Encima, la empresa defiende esta especie de cápsula plástica en donde viven los engendros, diciendo que es mucho más saludable, limpio y controlado que las sucias jaulas en donde se trasladan animales. Una defensa descabellada.
Si con el maléfico tamagoshi, los chicos adquirieron una neurosis que el diván no salva, porque darle la responsabilidad de una vida a un niño no es darle un juguete, ¿qué efectos creará este nuevo monstruo?
Por qué el estado no interviene en estas ideas que rozan la inmoralidad de la clonación.
Aclaro que no estoy en contra de la clonación, al contrario, la encuentro como un hecho científico que servirá, tal vez, para salvar vidas humanas, pero este coso infernal que no es un juguete sino una cosa deformadora para una mente infantil.
Es tan grotesco que parece salido de una mente muy perturbada.
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Wombat |
1/29/2010 8:50:46 PM |
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Para cuando la fabricación de vacas. |
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Es un horror! esto es cierto? |
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Creo que la locura de algunos tipos por hacer dinero, ya ha sobrepasado todos los limites, hace unos dias mi hija de 14 años me linkeo un sitio donde exortan, commo Ud. a no comprar unos peluches de piel real, zombies de piel le llaman, al parecer los tipos crian zorros y otros tipos de animalitos, los matan y les dejan la piel, con ojitos y todo, y los venden como si fueran peluchitos pero mas caros, dicen que es arte taxidermista y que solo lo hacen con aquellos que mueren de forma natural, pero a mi me va que, con el morbo de la gente, estupida por cierto, donde empiecen a vender muchos los empiezan a matar con la inyección, esta es la dirección del caso.
http://deviants-anti-cruel.deviantart.com/blog/29788175/ |
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4- |
JulioH |
1/31/2010 12:12:15 AM |
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¡Ahora sé de dónde sacaron a Ricardo Fort!, era uno de estos, miren en lo que se convirtió.
Con razón no le parece nada extraño que los pobres niños que compró no tengan madre, si a él lo trajeron tambien en un envace de plástico.
Aún no se lo sacó.
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Pirata |
1/31/2010 12:39:16 AM |
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Yo quisiera que usaran esa tecnología para fabricar órganos.
Me refiero a mi pata de palo, no sean mal pensados.
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