Será que ando en la línea veterana que me puse a reflexionar sobre el tema de mujeres grandes que eligen pendejos para relacionarse, no sólo en la amistad, sino en el sexo también.
Se me viene a la cabeza mujeres como Demi Moore, Cecilia Roth, Flavia Palmiero (ambas compartieron al que no me parece tan lindo Gonzalo Heredia, un nene con cara de adulto), y en tiempos recientes la Alfano, e incluso Moria, aunque ésta última me parece que hace prensa más que otra cosa.
El tema, me parece más profundo que frívolo, para empezar, porque hay que enfrentar la sociedad que te rechaza cuando vos decidís traspasar el asunto de la edad, pero ahí comienza el equívoco, en realidad las divas que toman ese camino ya han abandonado antes la sociedad, no es que la abandonaron a ella.
Hay un break insoslayable, esas mujeres evidentemente no se relacionan satisfactoriamente con su grupo etario y decantan su atención en algo que ven en los más jóvenes que ya no encuentran en su curso de vida.
En realidad me parece un poco triste, es como cuando se ha perdido uno o dos años en el colegio y no seguís con tus compañeros de curso, ya deja de parecerte divertido el colegio y más bien hacés todo para salirte de él, sin participar.
Algo así les ocurre a estas veteranas de las lides amorosas, se quedaron de curso y no pueden alcanzar el nivel de relaciones correspondientes a su edad.
Con esa pérdida de pertenencia social pierden cosas que la sociedad no les deja pasar, en algunos casos dignidad, don de ubicuidad, gestos, mesura, cosas que las personas de menor edad pretenden encontrar en las personas de mayor edad.
El tema es que luego de ese paso, parecen no poder volver atrás, los papelones y desubicaciones las preceden y las persiguen, el caso más evidente es precisamente la Alfano, con actitudes más bien infantiles, desubicada casi siempre y sin lograr relacionarse de manera madura con su entorno, molesta en todos los niveles de edad.
Ya se vio incluso una escena desagradable en la que se le colgó a Tinelli del cuello el día que se tiraron tortas encima, y al conductor sacársela de encima en forma bastante poco caballeresca.
El asunto es que cuando una mujer ha llegado al caso de salirse de curso, parece que no le resulta fácil volver, cometiendo ahora actos que casi nadie tolera.
La Alfano hace cosas de adolescente, “se mete en la foto” de los otros, en conversaciones, en peleas, “circula” en forma inadecuada, organiza escándalos infantiles, y no encuentra el límite, como los adolescentes, estira la cuerda hasta que se rompe.
En otras palabras: sufre el mal de las veteranas que se meten con adolescentes, derrapan en la edad, en la vida y es irrecuperable para una sociedad que no le interesa detenerse a esperarla que se iguale.
Esas mujeres, la verdad, me inspiran un poco de compasión, porque no es que se comen un bombón, se quedan solas para siempre y en muchos más aspectos de los evidentes, son mujeres de las no edades, no logran pertencer a ninguna.
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