Viendo a mi mejor amiga comer cosas extrañas bajo el lema de que es vegetariana, cuando en realidad lo hace por moda, se me ocurrió hacer una breve investigación sobre aquellos alimentos que tienen mala fama entre las mujeres, de puro prejuicio.
Encontré que la féminas tenemos ideas extrañas, que declaramos, han sido inseminadas por nuestras madres.
Alimentos de mala fama que son en realidad excelentes y hay que incorporar en las dietas:
Almendras, batata, lentejas, salsa de tomates (este es extraño, porque a pesar de que el tomate tiene buena fama en el tema de las dietas, la salsa no, cuando es lo mismo, concentrado), aceite, avena (copos o granulado, o mezclado con el yogurt) . Hay muchos más, pero mis encuestas encontraron que estos se llevan todas las injurias.
Ninguno de esos alimentos por sí mismos engordan en la proporción que las mujeres creen. En todos los casos, no solo en estos, los alimentos engordan según el uso, porque las grasas se fijan según en la combinación en que se consumen.
Un cuarto de taza de almendras, solas, sin combinación alguna, beneficia la piel pues posee gran cantidad de vitamina E, sacian el hambre y favorece el colesterol bueno; tanto en invierno como en verano; una ingesta usual de almendras mantiene la piel en excelente estado y no engordan si se las come solas, ya que el estómago las digiere, extrae los aceites esenciales y expulsa el resto.
La batata al ser dulce tiene mala fama pero en realidad engorda menos que la papa; es bastante más saludable; es mejor que la zanahoria en cuanto a contenido de betacaroteno contando con prácticamente el doble, lo que beneficia a la piel y el pelo.
Las lentejas son una fuente invaluable de hierro, lo cual es beneficioso para la sangre, que debe “arrastrar” por las venas la grasa que se acumula: el colesterol. Desde ese punto de vista ya es recomendable, Colabora a la firmeza de los tejidos y de ácido fólico que provee elasticidad a la piel, evitando estrías. Si se consume sin grasas saturadas, es decir, sin jamón o embutidos, ni quesos, o carnes rojas de ningún tipo, por ejemplo sin el típico chorizo que se le suele agregar, no engorda, porque es la química de covalencia la que se combina para fijar las grasas; consumido en ensalada (cuando hace calor) o simplemente hervidos con buena combinación de condimentos es riquísimo y muy recomendable, sobre todo cuando hace frio, pues aporta calorías de la “buena”, de la que energiza al cuerpo y que éste gasta en calor, no de la que se deposita.
La salsa de tomates, recibe mala fama por elevación, ya que se supone acompañar fideos o arroz, o carnes, que suponen que engordan, en realidad la única combinación que engorda es con la carne, por el contrario, con fideos o arroz, no provoca el mismo efecto. Contiene licopeno, un antioxidante que disminuye en un 30% el cáncer de próstata, seno y pulmón, consumido sin componentes con grasas mantiene su poder antioxidante, si va acompañado de fideos o arroz, en el caso de cocinarlo con carne es cuando se combina de manera que favorece la fijación de grasas. Entonces, hay que consumirlo sin carne o quesos. Puede ser con salsa de tomate, combinado con arroz u otras legumbres o vegetales.
El aceite, no contiene colesterol, lo cual lo hace un elemento inerte en la fijación de grasas, pero como todo alimento, depende de cómo se lo usa.
El mejor es el aceite de oliva (extra virgen, de preferencia), éste aceite se considera casi milagroso, ya que tiene gran cantidad de antioxidantes y previene problemas cardiovasculares. Es preferible comerlo en ensaladas, aunque también conserva algunas propiedades cuando se usa para cocinar alimentos en caliente. Se recomienda consumir dos cucharadas soperas al día distribuidas en vinagretas o cocciones simplemente como salsas con fideos o pizza o arroz, y no habrá problemas de sobrepeso.
Finalmente la avena, que siempre se recomienda para el desayudo es un importante proveedor de colesterol bueno, baja los niveles de azúcar en la sangre, por lo cual es bueno para prevenir la diabetes adquirida que deviene del sobrepeso; provee de vitaminas del complejo B, vitaminas A y E, y minerales como el calcio, hierro, magnesio, zinc, potasio y sodio. Combinados con frutas u otros cereales potencia sus cualidades antioxidantes; menos conocido es que al contener polifenoles, que no son clasificados como nutrientes, ofrecen un efecto protector que evita el desarrollo de la arteroesclerosis.
Consumida por sí sola no engorda, y es bueno combinarla con un yogourt en el desayuno, pues potencia sus cualidades nutricionales.
También beneficia el aparato respiratorio previene la tos, bronquitis, faringitis, inflamación de la laringe y pulmones pueden mejorar si se toman semillas de avena en dos litros de agua, repartidos durante el día en diferentes momentos.
En todos los casos, la ingesta de estos alimentos, genera un gasto de energía en consumirlos que los hace ideales para provocar la saciedad sin acumulación de grasas, y por el contrario de lo que se cree, ingerirlos solos no genera acumulación de grasas.
Espero les haya interesado estos simples consejos, con la intención de comenzar a mirar los alimentos desde otro punto de vista, en vez de “confiar” en lo que hay a mano o lo que comemos porque “aprendimos” con nuestras madres.
Provecho.
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