Una niña de 6 años, detectada por las fuerzas de seguridad aéreas de un aeropuerto en estados unidos, está en la lista de terroristas de ese país.
Los padres azorados, fueron retenidos por averiguaciones.
Mientras Alyssa Thomas, que así se llama la niña, cargaba sospechosos muñecos, seguramente para torturarlos.
Los estupefactos padres, pudieron viajar con la niña, sin recibir ningún tipo de información del aeropuerto, les aconsejaron dirigirse al departamento de seguridad, donde les informaron que no dan información (curiosa situación), sobre las razones de por qué las personas figuran en esa lista, luego de ser además apercibidos de que el nombre no saldrá de la vista.
La infortunada niña y padres tendrán que hacer trámites especiales en cada viaje.
Ahora no parece importante, pero imaginen cuando esa niña tengo años como para ser considerada realmente una terrorista.
Imaginen a esta mujer, ya, en un país lejano, con ese nombre en una lista como esa: marcha presa sin explicaciones.
Mientras, los padres tratarán de apelar esa “sentencia”, porque no hay duda que más tarde o más temprano ese asunto les causará un disgusto.
Según mi pobre experiencia con los norteamericanos, yo que ellos ya les voy gestionando un cambio de nombre.
Es más rápido y seguro cambiar de nombre en estados unidos que cambiar prejuicios, y mucho menos sacar un nombre de listas negras.
Los norteamericanos se jactan de ser el país más justo del mundo, y se creen con derecho a exportar esa justicia, pero lo cierto es que les penetraron a ese mismo sistema una parva de terroristas que fueron detectados, en algunos casos, pero ignorados, que hubo indicios de todo tipo, y sin embargo detienen a una niña de 6 años y no un 11 de septiembre.
Paradojas de ese país, que nadie entiende.
Estoy convencido que esa niña tendrá problemas serios con ese tema.
Insisto: señores padres, deben cambiarle el nombre, eso es más fácil que hacer cambiar de mentalidad al departamento de seguridad de estados unidos.
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