Este evento anual nos tiene acostumbrado a las controversias.
No le deseo la suerte a Luis Gusman, escritor invitado a la inauguración que tuvo que enfrentar los vientos eólicos de los reproches políticos.
El cruce entre Hernán Lombardi, Ministro de Cultura y Alberto Sileoni, generó que los funcionarios de Macri se eyectaran al unísono de sus puestos y se retiraran del acto de inauguración de la Feria, gesto que se vio como premeditado, planeado y ejecutado.
La presencia sosegada de Luis Gusman no pudo evitar que nuevamente se tomara el evento de características literarias como una exposición de posiciones políticas.
En igual situación, la presentación de Vargas Llosa del año pasado, le convino políticamente a los mismos de siempre y entonces fue un toma y quita de ambas partes, Vargas Llosa en su cruzada de opinar como le conviene a los intereses que representa, devolviendo favores desde que cosechó el premio Nobel, quizás.
Luis Gusman, autor de la maravillosa novela El frasquito, pasó desapercibido, aunque no para los que nos interesa la literatura.
Otro ítem peculiar, es la lista de invitados extranjeros, escritores que no parecen estar en la listas de librerías locales, de poca o ninguna distribución o para un público ínfimo, quizás, nombres que no podremos encontrar en ningún medio argentino de difusión de literatura.
Sin embargo, excita mi curiosidad escucharlos, aprender sobre ellos, averiguar qué me estoy perdiendo.
Paralelamente ocurre otro tipo de singularidades, nuestros escritores locales no parecen correctamente difundidos, vi algunos en stands aislados, sin ser anunciada su presencia en las gigantescas pantallas que la organización utiliza para el anuncio de la firma de escritores.
En lo personal, me sentí favorecida porque me pude acercar con tranquilidad a algunos de los escritores que me interesaron, sin recibir empujones ni largas esperas, cosa que evito cuidadosamente por lo cual en otras oportunidades no he tenido ocasión de compartir.
En este caso pude acercarme a Ariel Bermani, y adquirir su libro “Leer y Escribir” en Asunto impreso, calle 14, stand 414, y charlar cómodamente.
De este escritor escuché por primera vez cuando ganó el premio Emece en el año 2006, con su novela Veneno; no me convocan los premios a la lectura, sino el hecho que tiempo después leí sus textos en la revista Odradek, revista de sólo cuentos de escritores argentinos.
Recomendé si novela “El amor es la más barata de las religiones”; una prosa que se deja acompañar, sensible; personajes de gran fortaleza y plasticidad en la carnadura.
Aproveché su presencia en la Feria, compré su último libro y me di un momento para conocerlo.
Lamenté no haber tenido la perspicacia de entrevistarlo sobre lo importante, su obra, embebida en mi cruzada de tratar que los escritores se den cuenta que tienen que participar de los medios virtuales, pues todo espacio que no es ocupado, por cuestiones de entropía se ocupa con otras cuestiones.
Espero tener otra oportunidad, esta vez para hacerle honor a su literatura.
Coincidió también con encuentros, estuve en la presentación, aunque no me quedé, de la charla Horacio Altuna y Sacomano.
La razón por la que no pude quedarme más tiempo, fue porque comenzó prácticamente media hora más tarde de la convocada.
Algo que me preocupó en todos los encuentros de los que participé hasta ahora, es el relajo general para comenzar cada evento y la puntualidad apremiante para abandonarlo.
Teniendo en cuenta que ya se sabe que hay que hacer colas de media hora antes de algunos eventos, si se quiere participar, en casi todos los casos, hasta ahora, se extendió la espera a más de 15 minutos.
También es irritante y no se entiende que tengan a la gente parada esperando, por cuestiones de pruebas de sonido o luces, cosa que tranquilamente se puede hacer con la gente sentada, nadie se quejaría.
Pero lo más molesto es la tardanza en el comienzo de los eventos.
Quise estar presente en el VII Festival Internacional de Poesía, evento en la sala Jorge Luis Borges, pero luego de esperar durante media hora, además de la media hora habitual de espera afuera, me retiré, viendo que no había ni visos de comenzar. Desde el principio tuve la sospecha que tal cosa pasaría porque en el programa de inicio del Festival, estaba previsto un discurso del Ministro Hernán Lombardi, ya se espera que la agenda política de los funcionarios no coincida con el respeto por los horarios.
Hay tantos eventos en la Feria que no fue problema, pero me desalienta que se esté perdiendo el respeto al público con ese relajo respecto al uso del tiempo ajeno.
Añoro los tiempos en que los responsables del evento eran más considerados con el público, podríamos planear mejor los eventos a los que se pueden asistir.
En la imagen vemos a Saccomano, Adamo y Horacio Altuna.
Adamo es la responsable de la organización de la Feria.