sintgamas, artículos
 
Usuario:   Clave:    
   
Escribí lo que quieras:  
 
  Gastronomía| Moda| Mascotas| Industria| Om| Mi lugar| Economía| Política| Humor| Ecología| Turismo| Educación| Inmobiliarias| Sociedad| El mundo| Ocio| Música| Ciencia| Tecnología| Internet| Posicionamiento| Diseño| Deporte| Salud| Letras| Cine| Juegos| Miscelaneas| Cultura| Escultura| Pintura| Clasificados| Televisión| Alternativas| Recetas| Telefonía|  
   
 
 
27 Nadie nos pertenece, salvo en el recuerdo. John Updike   por   Alguna
 
 
Arcadia 2/17/2012 | 09:09:34 a.m.  
 
Patas y picos
Garras, ojos, alas de murciélago.
Tags:
  cuento   relato   literatura   literatura latinoamericana   Ana Abregú   escritoras argentinas   escritora Argentina   Metaliteratura
 

 

La negación máxima, la más inconsecuente con el ser, ente de carne diseñado para cazar, devorar, conquistar, se da cuando algo en la persona rechaza determinadas comidas.
No estamos diseñados para intelectualizar sobre la comida, tendríamos que comer cualquier cosa, nuestro estómago está preparado para extraer, de cualquier alimento, los nutrientes necesarios.
Es de ahí, que lo que arruina nuestro gusto y mente, son las experiencias infantiles. Esto hablábamos con un amigo, quien me contó que no puede comer pollos desde que veía al abuelo Cósimo quebrándoles el cuello de una torcedura que le ponía en la cara un gesto feroz, que administraba a propósito e imitaba cuando alguno se portaba mal.
Le bastaba poner esa cara para que los niños de la casa se quedaran en aterrorizado silencio y estuviéramos metiéndonos en rincones para que no nos detectara; estábamos convencidos que el abuelo era bien capaz de retorcer cualquier cuello, decía mi amigo.
Me quedé con el tema, porque tengo la impresión que puedo comer cualquier cosa, de hecho, hasta comí cocodrilo, me jacto de tener la valentía de deglutir, aunque no sepa de qué está compuesto el plato, como por ejemplo, la exquisita comida china a la que le asignan todo tipo de elaboraciones con especímenes poco convencionales, ratones, gatos, perro; no me importa, si está rico, no tengo problemas.
Eso sí, llego a ver un insecto vivo en un restaurante y es razón suficiente para irme o, si no puedo en ese momento, probablemente no vuelva.
Del mismo modo, compulsivamente, sin que pueda evitarlo,inspecciono la higiene de vasos y platos e incluso los hábitos del mozo, vigilo si limpia mi mesa con un trapo de esos que son un producto interesante según el Instituto Bromatológico como material atómico.
El asunto no tendría importancia si no fuera que me hace recordar una comida que hacía mi abuela cuando éramos niños, solía preparar un menjunje que dejaba en la heladera, a la vista podía verse una pata de pollo, la parte de la garra, enhiesta como una trofeo, sostenida por un brebaje extraño; si se te ocurría analizar el menjunje, podías ver el pico del ave y otros órganos que tenía color de verduras pero no las formas de las verduras, ya reducidas y sin identidad.
Hoy sé que era una gelatina, y que la comida es de lo más fina y cara, de origen Francés, cuyo nombre aristocrático es Aspic, pero a mí me ha dejado una extraña impresión.
Sólo de imaginar que esos dedos y garras se usan para escarbar gusanos en la tierra y que en la vida del pollo eso implicaba, además, rastrillar sus propios excrementos, y a la vez rememorar la garra del pollo como un faro en la heladera, es suficiente para que se me pase el hambre.
Para mí, tener un abuelo llamado Cósimo era señal de una vida literaria, porque es el nombre del personaje del Barón Rampante, de Ítalo Calvino; Cósimo, que revelándose contra la familia se subió a un árbol y se quedó allí por doce años. 
Pero la imagen de Cósimo retorciendo el cuello de un ave, asociados ahora a las garras y picos navegando en gelatina, es como que me han arruinado la fantasía del glamour de la vida literaria.
Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
 
 
 Ana Abregú
 

 

 
Agregar esta página a Mister Wong Compartir
Adelaida Sharp en tu tiempo
Coprompas
El narrador en búsqueda del autor
Doble de sueño
Armar la cosa
  Comentarios: 0      
 
Enviá tu comentario
Para dejar tu comentario debes ser miembro de Sintagmas.
 
 
 
 
 
 
ULTIMAS PUBLICADAS en Letras |
  Maridadas y esposados
DaniloAlberoVergara
 
  Efemérides, cocktails, artes
DaniloAlberoVergara
 
  San Brandán y el wisge beatha
DaniloAlberoVergara
 
  Lectores sensibles y ánoia
DaniloAlberoVergara
 
  Bises, variantes, simetrías
DaniloAlberoVergara
 
  Entorno, contorno, dintorno
DaniloAlberoVergara
 
  El cómic argentino en Astérix
DaniloAlberoVergara
 
  Finales, medios y principios
DaniloAlberoVergara
 
  Tres sonetos de amor
DaniloAlberoVergara
 
  Traidores y héroes soplones
DaniloAlberoVergara
 
  Metrosexuales y polisexuados
DaniloAlberoVergara
 
  Enigmas metafóricos
DaniloAlberoVergara
 
  Geopolítica y Los Beatles
DaniloAlberoVergara
 
  Antanaclasis
DaniloAlberoVergara
 
  Variaciones mecánicas
DaniloAlberoVergara
 
  Amalia fetichismo du temps jadis
DaniloAlberoVergara
 
  Páginas en blanco
DaniloAlberoVergara
 
  Willy y los cartoneros
DaniloAlberoVergara
 
  Words, words, words
DaniloAlberoVergara
 
  Restauradores de relatos palabras
DaniloAlberoVergara
 
  Un óculo en la falange distal
DaniloAlberoVergara
 
  Neónimos y retrónimos
DaniloAlberoVergara
 
  James Joyce y Simónides de Ceos
DaniloAlberoVergara
 
  In extrema e in media res
DaniloAlberoVergara
 
  Non sequitur y proxémica
DaniloAlberoVergara
 
  Percances de una traducción
DaniloAlberoVergara
 
  Plagiadores eran los de antes
DaniloAlberoVergara
 
  Contraseñas, palabras, noxas
DaniloAlberoVergara
 
  Lector con lápiz
DaniloAlberoVergara
 
  Percances de una traducción
DaniloAlberoVergara
 
 
 
 
TAGS
cuento relato literatura literatura latinoamericana Ana Abregú escritoras argentinas escritora Argentina Metaliteratura
 
 
  Contacto| Términos y condiciones| Anunciar en Sintagmas| Acerca de Sintagmas| Administrar|      
Copyright 2009 y actual de Sintagmas | Todos los derechos reservados