En una que otra ocasión me suelen preguntar, cuánto leo. Será porque tengo fama de ratón de biblioteca.
Suelo hacer cuentas, no sé por qué, algunos tienen la manía de masticar chicle, yo hago cuentas.
Por ejemplo, cuando nació mi primer sobrino conté, 3 pañales como mínimo por día, 30 en 10 días, 90 al mes, uno que otro perdido o más de una muda, son 100 al mes. Al año, a los dos y así. Entonces traduzco: tantos libros al mes.
Y así, como si al comprar pañales implicara dejar de comprar libros.
En referencia a la lectura, supongamos 5 o 6 páginas por día – no puedo admitir más que eso, de ratón, pasaría a categoría elefante de biblioteca o lo que es peor, me empezarían a preguntar y entonces cuándo trabajo –
Supongamos 5 páginas por día, en un mes, tendría leído un libro de 150 páginas, que es más o menos el promedio de páginas de un libro normal, aunque más tirando a 200.
Supongamos 1 libro al mes. No sé, pero parece bastante poco y poco tiempo dedicado a ese momento de sumergirse en otra vida.
Supongamos 2 libros al mes. Ello presupone 24 por año, e implica nada más que leer aproximadamente entre 10 y 12 páginas por día.
Lo que no es nada, considerando el hecho de que la mayoría se pasa al menos 1 hora mirando un programa de tv, serie o película y a nadie le extraña.
Sin embargo, el hecho de que se lea 24 libros al año, implica que vas a la librería al menos dos veces al mes, o 3, porque no siempre conseguís algo, a veces, mirás primero, luego volvés cuando te decidiste.
Aunque no es exactamente mi caso, cuando entré, seguro que salgo con algo, pero digamos que es un cálculo más o menos estándar de cuántos libros podes leer al año.
Ahora, supongamos que un libro mide, más o menos 10 cm de grosor, poco más o menos, según sea de bolsillo o más grande, pongamos en promedio, con 10 libros, tendría aproximadamente 1 m. con los 24 libros, estaría en los 2 m y algo.
El asunto es la magia de la literatura que con tan pocos metros recorridos, viajaste más allá del planeta.
Con la aparición de e-readers, el libro electrónico hace más fácil aún el traslado de libros.
En esta nueva realidad de la Internet y libros electrónicos, y el desarrollo de la óptica más interesante que puede ofrecer la tecnología, me cuesta creer que a la gente aún le extrañe que una lea mucho.
Lo extraño es que los otros no lo hagan.
A ver, pregúntese cuántos libros leyó este año pasado, el 2011.
Me asombré de encontrar gente que me dijo ninguno.
Yo qué sé, para mí, un bar, un libro, ese café que pido fuerte y el ruido de la ciudad son ideales para degustar esas 10 páginas que en 10 cm me deja en una historia con todos los sentidos dentro de la palabras.
Sea con papel, con pantallas, en forma de diarios, de revista, como sea, digerir historias es uno de los mejores modos con que se puede padecer el mundo. Digo.
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. |