Fui hasta el dormitorio, me senté en la cama mirándome al espejo, ya no sabía bien si tenía 25 o 65 años. Me recosté, debía descansar, mañana regresaba mi esposa
. Por Andre La Plume
Ya estaba en forma para comenzar la aventura de cada noche, me sentía excitado por el programa a emprender. Por un instante pensé en cambiar de planes, conectarme con música clásica y acostarme para tratar de dormir una noche completa, pero ganó lo otro: el ritual de cada noche era más fuerte que mi voluntad, en realidad era ya una adicción.
Me acerqué al escritorio y durante un largo rato después de conectar la computadora, me quedé acariciando el monitor cual si fuera una amante prohibida.
Preparé un termo con café y ya sin dudarlo fui decidido a ponerme cómodo frente a la pantalla dispuesto a comenzar el viaje.
Experto conocedor de mis preferencias, conecté directamente con mi chat preferido, habilité el msm por si conocía a alguien interesante para conversar en privado. Abrí en la sección "erotismo" sin siquiera espiar quiénes estaban en la sala, copié la clave, elegí el color de letra e introduje mi nick.
Entré al primer intento, no había mucha gente, en realidad no seríamos más de diez., algunos eran nombres para mi conocidos.
Mi nick decía: "por el momento solo, 25 años".
Para comenzar entré saludando con un "Hola, cómo están todos", después marqué en secreto y quedé a la espera para ver si alguien se conectaba.
Esta era mi estrategia preferida., pasó un largo rato, mientras tanto me entretuve leyendo lo que se decían los demás.
Ya estaba dispuesto a conectar con "gordita cariñosa", cuando de imprevisto recibo un "hola, cómo estás" nick "tu mejor amante".
Marqué de inmediato y devolví el saludo.
"Bien", ¿qué edad tenes –preguntó.
Veinticinco –contesté, y "soy un lindo chico".
Yo 62 y soy muy sexy. –respondió.
Yo también –repliqué.
Te admiro por el coraje de tener tu edad y no tener reparo a decirla, debes ser muy bonita, me encantaría conocerte más, ¿tenes msn?.
Sí, tengo, pero, ¿qué puede gustarle a un chico de tu edad de una mujer de 62 años?
No sé, tal vez la experiencia –contesté
Sí, es verdad, pero, ¿y las arrugas, los pechos caídos, la cola con celulitis? ¿no lo pensaste?, ¿o es que acaso sos un poquito perverso?
Pensé seriamente interrumpir el diálogo, sin embargo pasaron unos minutos y seguíamos conectados.
Estás o te fuiste –interrogó de pronto.
Estoy, -contesté...pero antes de seguir quiero confesarte algo, la verdad es que no tengo 25 años
A que me decís ahora que tenes 65 para poder seguir charlando, me parece que además de mentiroso sos un pícaro..
No mi amor, tengo 65 años, como vos sin querer dijiste antes, m e quito años por miedo a que no quieran hablar conmigo –respondí.. Trata de comprenderme.
Bueno te agradezco igual, te dejo un beso grandote en el lugar que más te agrade y cuando crezcas no dejes de llamarme. Me llamo Andrea y se desconectó. No me dio tiempo a réplica ni a darle mi nombre.
Apagué la computadora, tomé un taza de café, fui hasta el dormitorio y me senté al borde de la cama mirándome al espejo. Ya no estaba seguro si en realidad tenía 25 o 65 años.
Me recosté, debía descansar., regresaba mi esposa y deseaba que me encuentre bien.
En definitiva ella era a quien más amaba en este mundo.
Me quedé solo, por ahora, en la cálida oscuridad de mi dormitorio.
Andre, Laplume. |