El planeta presenta una estadística alarmante, estamos muy cerca, en unos pocos años de tener una población de mayores de 65 años, superior a las tasa de natalidad mundial.
Esto implica que la población estará más vieja que joven, y lo que acarreará problemas en el futuro de la producción, de la medicina, de la alimentación.
Ya sufren muchos países por la manutención de la población económicamente inactiva, debido a que la activa no es suficiente y además no todos aportan debidamente.
¿Por qué pasa esta circunstancia?, por la más simple de las razones: las parejas, cada vez tienen menos hijos, porque hemos aprendido a sobrevivir, no a vivir, las edades productivas comienzan pronto, se termina rápido.
Una persona cuando está en edad de planear familia, ya es madura y casi tarde para aumentar su productividad activa, entre los 30 y los 40, ya está preocupándose por si va a poder sostenerse en el empleo, toma la decisión de los hijos más tarde o la disminuye, en cantidad o directamente decide no tenerla.
Antes se daba en Europa que la tasa de natalidad disminuía año a año, producto del trauma de las guerras, niños criados después de esa generación, tenían que rearmarse psíquicamente de otro modo, y tuvo que pasar una generación para que se comenzara a tener una población de cierta edad.
Pero el problema está traspasando las fronteras de los traumas por guerra y ya está instalada en países que no han tenido que pasar por una guerra que ha diezmado masivamente su población ni la lesionado económicamente al país.
El origen de este fenómeno, mayormente se estima en la inseguridad que los países ofrecen a la vida productiva, la cantidad de desocupados en los mejores años, el descreimiento de políticas de empleo, el saqueo de la corrupción de estado hace que la población se retrotraiga, más familias deciden tener un hijo o dos, o ninguno.
La población en estado de soltería ha crecido en los últimos años, de manera alarmante, no sólo por la tasa de natalidad en disminución, sino porque económicamente presenta una situación inestable, una persona soltera tiende a tener una movilidad laboral que no permite crecer ni desarrollar la inteligencia y aprovechamiento que proviene de la experiencia.
Las empresas a su vez, no comprenden cual es aprovechamiento, no lo usan, no basan sus estrategias en ello, contratan a su vez empleados jóvenes, que a su vez se irán pronto, y de este modo, también las empresas caen y suben con la misma rapidez.
La tendencia es armar “microemprendimientos” propios, sin empleados, sin cargas sociales, sin responsabilidades, sin hijos.
No hemos aprendido a utilizarnos a nosotros mismos en todas las edades que nos toca enfrentar, con lo que el sistema educativo pasará por su más profunda crisis: no hay tiempo para gastar tantos años en terminar la universidad, una vez el título en la mano, sólo quedan muy pocos años para aprovecharlo, luego de lo cual hay que integrarse a la gran masa de reconversión laboral, es así que ingenieros trabajan de analistas de sistemas, analistas o no, de programadores, médicos, de datas entry, y la lista es larga.
No va a pasar una generación más que no se de cuenta que ir a la universidad es perder el tiempo, que tiene que comenzar sin eso, pues hay pocos años en los que serán requeridos para empleos, ya a los 40, cuando comienzan la carrera de la reconversión, hay un batallón de gente en la misma situación.
No aprendemos a vivir, ni con nosotros mismos, además de destruir el planeta con una producción descabellada de productos tóxicos, en exceso y sin mayor utilidad, bajo condiciones de explotación, no sólo a jóvenes sin suerte, sino a personas en esa edad entre los 40 y los 50 que están completamente útiles, pero dejados de lado, obligándose a tareas inferiores, desaprovechando el capital de la experiencia e inteligencia.
Con esas perspectivas, quién quiere traer niños al mundo, la idea general es que si no podemos dejarle una situación económica que le permita mejores opciones que a nosotros mismos, entonces no los traemos al mundo.
Los gobiernos parecen más bien ensimismados en los problemas mirando el bosque, tal vez es hora de comenzar a mirar el árbol.
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