Estamos en la etapa del gran paso para la humanidad pronosticado por Armstrong cuando pisó la luna.
Hicimos el paso dos: David Wolf (qué apellido), y Tim Kopra, hicieron la caminata espacial prevista, destino: el paso siguiente para la instalación de un laboratorio en el espacio, que se está completando, se trata del laboratorio japonés Kibo.
Con la idea es realizar experimentos en el espacio, los capitales japoneses han ido fluyendo en ese esfuerzo.
Últimamente he notado que hay muchos programas documentales sobre el crecimiento de la robótica japonesa, supongo que este emprendimiento tiene que ver con lo que está ocurriendo en este esfuerzo por construir un “suelo” fuera de la tierra.
Hay siete astronautas a bordo. Ese número es cabalístico y hasta religioso, cada uno de estos hombres tendrá la misión de crear algo ahí arriba.
El transbordador tuvo sus problemas, pero por ahora parece que fueron superados.
No sé ustedes, pero a mi me emociona profundamente estas conquistas, que no son de nadie, sino del hombre.
Los siete tripulantes se reunirán con los seis ocupantes actuales de la estación, lo que convierte ese encuentro en 13 navegantes espaciales, qué numerito…
Otro de los propósitos de la misión es regresar a uno de los habitantes de la estación, el astronauta japonés Koichi Wakata, que estuvo casi tres meses. Lo reemplazará en su puesto el estadounidense Tim Kopra.
Qué desproporción que parece el hecho de que no se pueda con la gripe porcina frente a logros como estos.
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