Lo mismo que pasa desde hace tiempo, las palabras como tonto, bobo, gordo, sucio, son comunes en los niños, y suelen ser una forma de cohesión de un grupo, si estás acompañado con los “tuyos” tenes que compartir la idea de alguno del grupo de que insultar al menos favorecido está bien y eso te da “valor” dentro del grupo.
Es más o menos un mecanismo social que los niños usan para juntarse bajo la influencia de terminadas conspiraciones y de ese modo pertenecer.
No sé si la forma se puede erradicar, pero no dejo de pensar que es una conducta que se aprende y por lo tanto se puede corregir.
Ahora, los efectos de esa actividad parecen potenciarse con los celulares, chat, internet y todo medio de encuentro gráfico, entre los 1o y los 15 años, parece que hay una enorme tendencia a los insultos y agravios como modo de establecer pertenencias a grupos.
Son bastante preocupantes los casos de violencia infantil, la potencia del mensaje está traspasando las fronteras de la palabra o de mensaje por “muro”, el que se leía en las puertas de los baños que son posteriores al hecho de la escritura.
Actualmente l simultaneidad, desemboca en violencia, y también el medio, el hecho de que hay que poder acceder a esos dispositivos ya arma un grupo de pertenencia de por sí.
El caso de la niña que fue agraviada por sus compañeras, que armaron un sitio donde convocaban a todos los que quisieran a odiarla y a expresarlo, fue paradigmático, pero no es aislado como a muchos les gusta creer.
El tiempo de conexión de los adolescentes y niños en la redes, va en aumento, lo que deben aprender de los padres, lo mal aprenden de la red, donde no hay control, ni moral, y las situaciones por las que atraviesa una psique poco madura se salen de un contorno manejable por los padres.
Como sea, el tema tendrá que ser tratado en todos los niveles, docentes, padres, estado, los nuevos hábitos de entretenimientos de los niños y adolescentes interfieren en el desarrollo social, no sólo en lo malo, sino también en lo bueno, el problema es cómo se le enseña a un niño que va en una autopista más veloz que sus padres lo que es la moderación, lo que es bueno y lo que es malo.
Habrá que prestar atención al tema, así como en su momento la devenida televisión causaba preocupación y en algunos casos resultaba una preocupación válida, debido a la excesiva exposición de violencia a que estaban sometidos los niños, es el momento de discutir la intervención de la Internet en la formación del futuro adulto.
Y esto, sin llegar al escabroso tema de niños y niñas convocados por adultos para actividades de todo tipo, siempre delictivas de un tenor inclasificable.
El mundo, en vez de mejorar la seguridad de nuestros niños, cada vez es más peligroso.
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