Como si fueran pocos los peligros en la calle, para los adolescentes, se suma una actividad creciente, extraña y un poco incontrolable que los jóvenes desarrollan en Internet.
El exhibicionismo on line.
Los padres peleamos contra varios frentes, pues si controlas demasiado cerca, se rebela y sos una madre castradora, si lo dejás por su cuenta, aludiendo confianza en él, sos una madre que se desentiende, si lo vigilas sos un fracaso y si no lo vigilas también.
La realidad es que además de esa situación el entorno conspira, por qué no van a querer exhibirse si ven lo fácil y comercial que es cuando todo el día lo ven en la televisión, en todos los canales, en donde la banalización del cuerpo es de una liviandad apabullante.
No sólo con el cuerpo, sino con las palabras, todo está permitido, todo es show, y siempre presuponen que todas las mentes que observan ese tal show, tenga madurez para comprender que es una puesta en escena y no una realidad, si nosotros los adultos nos enganchamos en esa pantalla, imaginen lo que estamos sembrando en la mente de nuestros hijos.
El fenómeno de mostrarse desnudo en cámaras caseras crece, y la edad de los jóvenes que usan la modalidad, baja, porque hoy hasta los niños de 6 en adelante tienen acceso a una computadora, desde que comienzan a escribir, luego de los 10 para arriba, ya cuentan con un celular, de manera que la difusión de esas imágenes corre por varios carriles a la vez.
Lo que más perturba es que la mayoría de los adolescentes, entrevistados por periodistas que no respetan que deben hablar con menores delante de sus padres, publican livianamente la admisión de estos chicos de haber enviado al menos una vez una imagen de sus cuerpos desnudos. Se los ve contarlo con una sonrisa, socarrona, como si no tuviera demasiada importancia.
Ambos, adolescentes y entrevistador en actitudes de alimentarse mutuamente, el adolescente porque tiene su minuto de fama, que era el objetivo de mostrarse desnudo y propagar esa imagen y el entrevistador, contribuyendo a propiciar la actividad.
No sé por qué el gobierno no interviene en esta creciente moda, por empezar, deberían prohibir la exhibición del programa de Tinelli en el horario de protección al menor.
Luego, debería controlarse la exhibición gratuita de obscenidades, entre las que se debería incluir la violencia, ese señor incita a la gente a pelearse entre sí, y ellos, arcilla entre sus dedos, para no contradecir al rey del raiting, modelan sus vidas y conductas mostrando la miseria humana en todos sus matices.
Según los discursos, este fenómeno, como siempre, es culpa de los padres, de su desatención, del contexto familiar, como siempre, si controlas, porque controlador te sale mal, si no, por confiar te sale mal.
La realidad es que el acceso tecnológico está al alcance de cualquiera y que sea por una u otra cosa los jóvenes hacen lo que ven, o por tv, o por amigos o por los medios, y contra esa “sociedad”, no hay quién pueda, porque el primer instinto es “encajar”, no ser prudentes o sensatos o maduros.
La idea de que los niños pueden “adquirir criterios” con la guía de los padres es falsa y fantasiosa, aunque insistan en sustentar lo que está mal en la política de hacer cargo a los padres de todo.
Entiendo que tenemos la responsabilidad, pero también todo conspira en contra.
Sumado al hecho que la mayoría de los padres no tienen manera de acceder en comprensión o tiempo o habilidades a la tecnología que manejan los hijos, y sumando que además, los chicos harán todo para que los adultos no se “metan” en sus vidas y la tengamos difícil para comprender lo que hacen, no hay manera de zafar.
Leí: : "La postura ideal de los padres es estar abiertos a un nuevo modelo de comunicación que vino para quedarse, pero que debe tener un gran control y seguimiento diario".
Palabrerío ridículo que no hay cómo llevar a la práctica, que no tiene fórmula y que por lo tanto no significa nada.
Encima que la tenemos difícil que los tirados a sabios nos tomen el pelo con frases armadas y ridículas, es el colmo.
Lo que digo es que los Tinelli y compañía, ¿no tienen hijos?, ¿no se ven afectados por el producto que ellos mismos producen? Porque me imagino que alguna inmunización tienen para continuar con esa bazofia.
Quiero saber el método que usa esa gente, que sin remordimientos perpetra esos programas todos los días, afectando la mente de nuestros hijos y alimentando la mediocridad general de la educación, pues quiero imaginar que ellos mismos deben hacer algo para salvar las mentes de sus propios hijos.
Quiero saber de algún método que sea real y concreto para controlar tanta invasión de banalidad.
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