Es curioso lo que produce ese personaje, saca lo peor de todos. En un principio por adhesión, ahora por rechazo, el tipo sigue siendo el mismo, autoritario, maltratador, egocéntrico, ambiguo, desagradable, él es el mismo, el asunto es lo que ha provocado a su alrededor.

Supongo que en un principio, era una curiosidad, es raro ver un millonario exponiéndose de ese modo, no sólo en el aspecto físico, o con sus guardaespaldas, que ya es extravagante, sino lo más llamativo: en sus bienes.

No porque no se sospeche que los ricos tienen muchos bienes, sino porque hay un pudor que muchos confunden con “cultura” o con “gusto”, por no exhibirse de ese modo, en mi opinión por una situación más real: estarían en la mira de la AFIP, y de todo el aparato del estado, tan cuestionado.

Este señor se pasea públicamente con gran ostentación, no sólo de su dinero, sino de su carácter, por todos los medios sin ningún filtro.

Luego están los satélites, la comunidad de artistas, que tardaron años en conseguir semejante prensa, que en un principio se sumaron con una sonrisa, más bien burlona, socarrona, frente a un personaje que despreciaban y al que toleraban casi como pintoresco, tarde se percataron que les está tomando sus lugares.

Fort está sentado en los lugares que otros piensan que “merecen”, por trayectoria o conocimientos, está en todas las pantallas, programas, cuestiones y se muestra casi obscenamente con todos sus defectos: el mismo autoritario, maltratador, etc, que fue en un principio.

El tipo, les movió el piso a varios de los consagrados, y lo que antes toleraban, ahora se ha vuelto una causa común para desplazar.

Ahora Fort cuenta con varios logros, ha resquebrajado a la enquistada Moria Casán, que ha levantado todas las banderas de la homofobia disfrazada de otras cosas.

Casán cuestiona la denigración de la mujer, asignándosela a Fort, mostrándose ella misma con el mismo perfil, pero ahora superándolo, en su rol de maltratadora de mujeres, bajo la excusa de ser mujer y un discurso más bien oportunista, hace lo mismo que critica, potenciado, y de manera maligna y premeditada. Al menos Fort es auténtico, lo de la Casán es asqueroso.

Otros periféricos con Flavio Mendoza, que en un rol interesante en el programa nocturno de Animales Sueltos, se deschaveta frente a Fort, sumando a la Alfano en su desprecio, sin poder disimular que no puede perdonar lo que considera los roles invertidos, en su propia valoración, él debe estar en el lugar de los otros dos, entonces, no tolera ningún comentario, tomando una bandera que considera justa, repartiendo mala educación, insultos, maltrato, del cual acusa a Fort y Alfano, cuando es a todas luces la falta de humildad y de ubicación lo que desparrama.

La falta de criterio y de ubicación le está costando que en vez de circunscribirse a hacer bien lo que sabe hacer (y que hasta ahora no se vió, para mi es el peor de los bailarines, y lo que logra es por adhesión, en el caso de la Alfano, porque algún secreto obseno los une que no les conviene pelearse, Carmen y Reyna, por chuparle las medias, vaya a saber por qué otros tantos secretos) y aprovechar para mostrarlo, no deja pasar oportunidad de ningunear a Fort y Alfano, sumándose en simpatía a Casán, que lo espera en el programa para los dos, hacer un programa con Fort, de la misma manera que todos los otros, pero sin Fort.

Alfano es un caso aparte, pienso que esa señora va por un carril diferente, personalmente creo que despierta tantas envidias que ya los ataques son insensatos.

Como sea, está en un jurado, a la producción de ese programa consideró que esa señora podía estar ahí. Son ridículos los planteos y cuestionamientos de los otros, sencillamente porque es obvio que no está ahí por lo que sabe, así que pedir algo que la producción de Tinelli, el dueño del circo, no pide, es sencillamente ridículo.

La envidia de Pachano y Carmen, por ese lugar que ocupa es cada vez más evidente. No soportan estar en el “mismo nivel”, que la Alfano.

En conocimiento, será lo que sea, pero en otros aspectos, Alfano es sin duda muy superior en muchos otros asuntos.

No le perdonan la belleza, ni le perdonan que se “sostenga”, ni su protagonismo, ni que la inviten a todos los programas periféricos.

Frente a tantos desajustes emocionales, algunos, demasiados, se “suben” al nivel de las consideradas estrellas, Bernal, la coreógrafa, el bailarín de Escudero, Escudero, desubicados que son utilizados por el verdadero ganador en todo ese asunto: Tinelli.

Un aparte para Matias Ale, cuyo papel es francamente denigrante, no solo lo era como pareja de la Alfano, sino que ese rol empeora con el tiempo.

Se quiere sacar de encima el triste papel de haber sido el toy de la Alfano, papel que él mismo se otorga, ya que nunca hizo nada para que esa impresión cambiara, en vez de hablar bien de Alfano, enaltecerla, agradecerle públicamente, tenerle un respeto que se merece por 10 años, deja pasar, deja decir y él tan callado como si con eso se “sumara” a la fila.

Con lo bien que podía quedar, gratis, desmintiendo y ayudando a la Alfano en su “cruzada” de defenderse contra las injustas acusaciones. Injustas, no porque no hayan sido verdad, sino porque no es ella la que anduvo por los programas llorando por Pachano, fue el mismo Pachano el que lo hizo.

Ale, ahora, más que nunca queda como el felpudo, muñeco que la Alfano usó, y encima ahora, enredado con una mujer, idéntica en todo a la Alfano, pero 30 años más joven.

Triste rol.

Teniendo en cuenta que es además la única sin espectáculo y que “parece” que no necesitara ese despliegue, los otros jurados no pueden reconocerle la calidad y los ovarios bien puestos para enfrentarlos a todos y a las groserías de los “Flavios” y demás couchs, así como de un público que se alimenta de eso.

Que la cachetada de Pachano existió, no tengo ninguna duda. Ya aparecerá el video, convenientemente cortado por la producción de Tinelli, a la que se le habrá presentado un problema legal si semejante cosa aparece públicamente.

Lo que es evidente es que alrededor de Fort, aparece lo peor y lo mejor de todos, que las máscaras se van cayendo, pero no la de la definición de la sexualidad de Fort que francamente es anecdótica, sino la de los “consagrados”, Casán, Mendoza, de alguna manera el ausente Fantino, la Bernal, y demás coreógrafos, están en la cola de la fila que dice: envidia.

A todos se les ve la hilacha y lo malas personas que son, como dice el título, el “factor Fort” está desenmascarando a muchos.

Una línea para Reyna: ojalá que no te sumes, a veces, bordeas el límite, el año pasado hiciste comentarios desubicados, este año parece que te centraste un poco.

El año es largo, ojalá que no te desvíes, sos la única que parece centrada en ese programa de locos.

Ese programa muestra mucho de lo que casi todo el mundo oculta por pudor social.