Estafar, la busqué en el diccionario RAE: Pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios y engaños, y con ánimo de no pagar.
El Banco Santander Rio, abrió o ya tenía, eso no lo sé, una Fundación, resulta que nos está llegando por mail, una invitación a enviar un relato bajo el lema: “que todos puedan leer”, pero no para provecho del público, sino para provecho propio: hay que abonar la módica suma de 2 pesos, porque ellos reciban el relato.
Ni siquiera es para publicar, sino para “jornadas de lectura”, ¿se “sobreentiende”?, jornadas de lecturas para niños, si nos dejamos llevar por las imágenes.
Bajo el anzuelo de alfabetizas niños –proyecto invisible, de cuya realidad no hay evidencia-, bajo otros discursos como de “programa de responsabilidad Social-, palabras muy lindas, usadas hasta el hartazgo, cuyo contenido es absolutamente invisible –¿alguien ha visto algo realizado por ese banco que calce en esa descripción?-, y bajo el recurso de convertir las palabras: “sin fines de lucro”, en “donación”, sin que se diga explícitamente, pago obligatorio o no se reciben los relatos, o en algún caso, queda implícito.
Es decir, el trabajo del escritor, no es algo que el banco vaya a pagar, el colmo es que ahora los escritores tengan que pagarle al banco.
Si algo faltaba es que ahora los bancos, además de haberles robado a los clientes, sin que ninguno fuera preso, sigan con estas ideas, pretendiendo que paguen los escritores, por un trabajo que debería ser remunerado, pretendiendo que sean los escritores los que les paguen a ellos.
ES EL COLMO.
Encima, usando discursos de golpes bajos, imágenes de niños, que si por lo menos fueran niños necesitas, o que lo parecieran, todavía.
ES EL COLMO.
Lamento que habrá idiotas que caigan en la argumentación y a costa de no sé qué, le paguen a ese banco, en “nombre” de la conciencia y “por los niños”.