Este problema nos saca el sueño, cada vez que escuchamos sobre un caso, nos estremecemos.
Este tipo de patología de depredación infantil, además de que no tiene cura conocida, ni proceso, ni procedimiento, especialmente en Argentina, además es prácticamente ignorado. Hay uno que otro caso que llena los diarios, que se resuelven en penas ridículas, como bien hicieron notar por aquí, la pena por comprar dólares en negro llegaría hasta 5 años de cárcel, por violar decenas de niños, apenas unos meses y ni eso.
Depende de si el violador tiene “contactos”.
Se da por buena la noticia desde Alemania, en la que se ha diseñado un escáner que detectaría la tendencia de pedofilia, o una respuesta del cerebro diferente a la de las persona comunes.
Sobre el aparato apareció publicado en la revista Archives of General Psychiatri, donde se indica que se descubrió que ante imágenes de estímulos sexuales, donde se podía ver, adultos y niños, el de pedófilos reaccionaba diferente.
La verdad, no me atrevo a opinar sobre este tema que me pone los pelos de punta. Pero calculo que si revisan comparaciones que no tengan nada que ver con el tema dará una diferencia también.
Por ejemplo: artistas y no artistas observando el Miguel Angel. No sé pienso. Claro que no es lo mismo.
Pero lo que me sigo preguntando es: de qué sirve que se sepa de este modo si se es o no pedófilo, de todos modos en Argentina hay puerta giratoria para los abusadores, entran y salen como entraron.
Y no es el único rubro, los golpeadores son otros. Estos ni siquiera llegan a los tribunales, los mismos policías que los tienen que detener son golpeadores y desestiman la importancia del abuso contra la mujer.
Sobre la pedofilia, hay una tolerancia, no sólo a nivel policial, sino de leyes y de jueces y abogados, y creo que es porque entre las filas de estos profesionales hay mucho de eso, mal pueden tener moral para encarcelarlos para siempre, lugar del que no deberían salir, mientras no se sepa cómo curar la tendencia definitivamente.
Tendrá que ocurrir algo grave con el hijo de algún funcionario importante para que se tome en serio estos casos.