Me he estado preguntando por qué algunos temas desaparecen del interés público, pero más me preocupa por qué desaparecen del interés policial.
Durante el año estuvieron apareciendo los casos sobre billetes falsificados, estafas a los pobres abuelos, y a los no tanto. Los asuntos ocurrieron, la mayoría, en los bancos.
A pesar de que se intentó manipular la opinión poniendo el eje en cajeros desleales, en realidad, parece bastante complejo que varios empleados, de diferentes bancos se hayan puesto de acuerdo en el modus operandi.
No porque no sea fácil, sino porque falla el concepto del “factor humano”, en el sentido de coincidencias de métodos, de instituciones involucradas y de variación de las edades de las víctimas, algunos acompañados con gente joven.
Lo que me hace dudar del caso es que si se presta atención, se descubre porque los números resultan iguales.
Otros casos aparecieron sobre taxistas que “detectan” el asunto y encuentran que al abuelo le dieron un billete falso, ese caso me parece simplemente de otro tenor de delito y se lo asigno a la avivada del taxista.
Pero los otros casos son curiosos, por la cantidad y la audacia, porque no hay detenidos y porque hay una construcción de una noticia increíblemente clonada, siempre es un cajero, siempre en varios bancos. Esto billetes no parecen haber aparecido en ningún otro medio de movimiento de dinero, ¿ o sí?
Hay un secreto a voces circulando, que parece relacionar diferentes hechos con una pista. Una pista que conduce hacia una única dirección.
Se habla en la intimidad, en las voces que se pueden escuchar sólo en determinados lugares si se sabe dónde, pero con la globalización, es más fácil que le llegue a uno un rumor, un hecho.
Las pistas que se relacionan son casi imperceptibles y convenientemente distribuidas, una de ellas es una causa que prescribió en el 2001, originada en el 98, por lo que es muy difícil recordarla hoy y sobre todo encontrar un nexo con hechos recientes de la falsificación de dinero.
Esa causa fue la del cierre de casinos ilegales, 3 casinos montados en Puerto madero, supuestamente sin los permisos necesarios. Nadie terminó preso, a los responsables los encerraron por unos días y les cobraron una multa de risa.
Pero lo interesante del hecho, es que secuestraron dólares y pesos en ese momento, y lo que se rumoreaba es que la razón por la que un negocio tan lucrativo no podía volver a abrirse, ahora con los permisos necesarios fue porque la verdadera denuncia es que circulaba dinero falso. De allí salía dinero falso.
Si además se tiene presente otra noticia, esta vez en el año 2004, e internacional, un caso de falsificación de vinos Burdeos, en Bélgica. No voy a hacerla larga, la falsificación consistía en los sellos, que se realizan con tintas especiales, tintas aseguradas, al igual que muchos otros productos, estas tintas contienen una tecnología que permite conocer la trazabilidad de un producto: desde dónde sale, a dónde llega, y sobre todo asegura que el propio producto es genuino; la viñatera de origen Francés.
Ahora ya se va constituyendo un hilo conductor. Para ello, voy a comentar un caso más, esta vez nos mudamos a México, casos de compra automotriz con cheques falsificados, en enero de este mismo año. Quiero aclarar que los cheques no eran con firma falsificada, sino que era falsificado el propio cheque, los cheques de un conocido banco de origen alemán.
Podría referirme a decenas de estos mismos 3 casos, que elegí como paradigmáticos, porque los tres representan grandes montos de dinero y confluyen en un mismo hecho: falsificación de un instrumento comercial casi imposible de falsificar, porque el costo de hacerlo es casi superior al retorno que se consigue con el resultado.
Y esta simple verdad es lo que lleva a una conclusión de la que se habla entre los entendidos en voz baja: de la mayoría de los casos se publican hechos superficiales, pero en ninguno se comenta qué pasó, por qué se dieron cuenta de las falsificaciones, salvo en el caso de los billetes con número replicado, pero que en definitiva no demuestra más que la misma conclusión: las falsificaciones no son tales, son reales. Esto no quiere decir que entonces no hubo estafa, la duplicación de números de billetes era real, el hecho es que por lo mismo, la única razón por la que en esos casos se usaron el mismo número es porque la plancha de copia era una sola, pero era real. Si no hubiera habido una plancha real, y se hubiera procedido con fotocopias, con un simple programa gráfico se hubiera podido alterar los números.
¿ Y qué significa real?, significan insumos reales.
¿Y qué tienen que ver todos los casos mencionados?, los tres confluyen en un mismo hecho: el insumo.
El insumo en común son las tintas de seguridad. Las tintas usadas eran reales, ni el dedo sensible de los cajeros, ni a la mirada era detectable. El cajero analiza muchas cosas de los billetes y ninguna consiste en mirar si el número ya se repitió.
Lo mismo con los sellos de los vinos y con la tinta con que se hace un cheque.
Al principio de esta nota dije: es una fantasía pensar que cajeros de diferentes bancos se hayan puesto de acuerdo entre sí para el mismo modus operandi, por qué ahora pretendería que hechos tan lejanos entre sí, en diferentes partes del mundo y en temas que parecen sin conexión pudieran tener un mismo punto de inflexión.
La respuesta es sencilla: tintas de seguridad. El insumo es el mismo, el origen es el mismo, la empresa que proveería ese insumo sería la misma, SICPA.
Un poco de ciencia:
Los cheques se realizan con diferentes sistemas: el offset, impresión plana, sin relieves y con fondo de seguridad y otros aspectos como la fluorescencia de la tinta. En otro caso: calcográficos, que son planchas grabadas en bajo relieve, como los cheques, y tintas de seguridad. O finalmente impresión láser que al igual que el primero modo, la tinta de seguridad está en el fondo de seguridad.
En las etiquetas de vinos, se usa el mismo método, el común denominador son las tintas de seguridad.
Los billetes, son más complicados: La impresión de la tinta cambia de color, no sólo con cambiar el ángulo de la luz sobre el billete, sino con la temperatura también (el dedo de un cajero experto al contar a alta velocidad, caliente la tinta y detectan la validez del billete), combinaciones de colores según el país, muy difíciles de copiar, se les añade hilos metálicos a la pasta de papel y esto cambia según el país, el sistema de numeración, también según el país y el espaciado de impresión particularizado por país y denominación de billetes, filigrana y marca de agua que se incrusta en el papel, y últimamente se ha incorporado el cambio de diseño artístico como modo de combatir los medios digitales de copia.
En todos los casos el denominador común son las tintas de seguridad, que parecieran provistas de un mismo origen, con presencia en todos los países donde se producen las falsificaciones.
¿Por qué no se puede hablar de ello?
Qué resultaría de revelar que un insumo que es provisto por una empresa, en diferentes partes del mundo que incluye productos tan sensibles a la desconfianza y de sumas tan millonarias, tiene un producto tan bueno y tan seguro que efectivamente no se puede falsificar, pero por lo mismo es el único origen.
El insumo es seguro, las tintas de seguridad son probadas, excelente producto y usado en la realización de billetes de países importantes como los dólares, y ahí está irónicamente su fortaleza y su debilidad, porque es un producto comerciable a su vez.
Nadie puede garantizar cuáles son los clientes de esta empresa, hablamos de un insumo más preciado que el oro o que el uranio.
Imaginemos un país de los que generan terrorismo, si en vez de adquirir uranio, tuviera la posibilidad de adquirir estas tintas.
La sola idea es estremecedora, ¿pero acaso no es posible que ya esté sucediendo?
Los chinos le están demostrando al mundo que lo que no conquistaron con guerras lo están conquistando con comercio. Y la piedra fundamental del comercio es el billete, la confianza que genera una moneda es fundamental.
El problema actual de la Eurozona también ha demostrado que la moneda puede desestabilizar países, grupos de países, y afecta a la economía global.
Entonces, parece que es hora de investigar al punto común que une estos hechos y tantos otros, y los que habrá que no se conocen.
Entre otros hechos y para no hacer más largo esto, de SICPA no se sabe casi nada, se mantiene de bajo perfil, no publica sus directivos y componentes, poco y nada se sabe de ella.
¿Quiénes son?, ¿por qué no aparece en los diarios este punto en común de estos fraudes millonarios?
Sería bueno que alguien explicara estos rumores que ya no se pueden callar.
¿Alquien controla la cantidad que se fabrica y dónde se usa y para qué? , alguien del estado, me refiero.
Que groso esto. No te animas a publicarlo en otros web 2.0, el mail que te llegó de Sintagmas seguramente te dijeron cómo hacerlo con Gadget. Vi que te diste maña para poner el Gadget con tus publicaciones. Para publicar en otros lugares es más o menos lo mismo.
Digo yo, señores, no es que quiera meterme en lo que no conozco, aunque si quiero meterme, pero si no entendí mal, esa gente vende tintas, ¿cómo pueden saber para qué se usan?
Imagino que compro, no sé, una llave inglesa en la ferretería, y luego alguien le da una llaverazo a otro, qué culpa tiene el negocio que vende llaves?
Alguna deslealtad quizás...habría que saber quiénes son los empleados, a esos niveles, el que preside esa empresa, quién será?
Fui a ver, me causó curiosidad, y encontré algo sumamente extraño, leí en uno de los documentos que uno de los vendedores, no algo así, alquien que cierra contrados se llama: Jean-François de Saussure. Dizque Director comercial.
No me digan que no es chiste.
En otro aspecto, parece que tiene metida la mano en todos temas difíciles, tabaco, timbres postales. Y yo que creía que era google el que menajeba todo.
Yo también escuché ese rumor. Si no me dijeron mal un tal Fernandez Rey es el que vende esas tintas, a mi me pareció un chiste. Ofrecen los sellos de cigarrillos también. Qué sé yo, el tema del pucho, es lo mismo que sean falsos sellos o verdaderos igual hacen mal, no sé para qué se gastan en proteger marcas con tintas especiales, la gente fumaría madera si se la dieras.
Gorda: con ese criterio se vendería Urano a talibanes.
Yo sospecho esto desde hace mucho, tengo un amigo que asegura tener un billete que la tinta es genuina y es falso. Yo no lo vi y pregunté y cómo se sabe que la tintas es genuina, por los colores y porque cambia de color con la posición, lo demás, dice, es falso.
Lo que más falso me parece es la relación fantasiosa entre los billetes, su valor y el equivalente en mercancías, todas convenciones de los países.
Dicen que los billetes representan el oro en la reserva de los países, pero si todos sabemos que el menemato vendió todo el oro de este país. Los billetes de los bancos no son otra cosa que un carpichoso valor, no hay ninguna diferencia con los falsos-geninos.