Demás está decir que la explicación ha sido de una claridad meridiana.
En lugar de enredarse en espirales matámbrico-dialécticas, ha ido usted directo al caracú del asunto, poniendo toda la carne en el asador y obteniendo como resultado un desarrollo sabroso, altamente deleitable y que merece, no aplausos, sino un más contundente y oportuno "¡¡Jamón del medio!!"
Como agradecimiento y a falta de algo mejor, un refrán español:
"Más infieles hizo cristianos el tocino y el jamón, que la Santa Inquisición."
Y esto nos re-conduce una vez más, al principio: no sé si la teoría hormonal es la más adecuada para escribir versos cantables o recitables. Se me ocurre ahora, luego de estar encerrada todo el día elaborando pseudoerudiciones para un trabajo práctico, que sería mejor escribir algo más popular, más accesible al gusto de los argentinos... Algo como una fábula, un mito. Sólo a guisa de ejemplo:
Érase Deborah Dora,
una ortodoxa judía,
que, de religiosa y pia,
se transformó en pecadora.
Por el mandato divino
sólo consumía kasher
pero - qué se le va a hacer-
por ironía del destino,
le hicieron probar jamón
y un churrasquito a caballo
y ella, veloz como un rayo,
ante la constatación,
de haber un disfrute tal
se olvidó los mandamientos
y eligió por alimento
todo aquello que hace mal.
Para horror de su rabino,
le entró al jamón, la morcilla,
del cerdo: carré y costilla,
todo bien regado en vino.
Se convirtió al cristianismo,
por no perder religión
y aun la Santa Inquisición.
aplaudió su pragmatismo....
Por tanta carne y alcohol
enfrentó el martirio un día:
a la conversa judía
¡le subió el colesterol!
Agonizando en su lecho
y lastrando un costillar,
la vio el Papa y por sacar
de su conversión provecho,
pronto el pontífice artero
la mandó a canonizar
y su estatua en el altar
la pinta de cuerpo entero.
Con un jamón en la mano
y buzarda prominente,
de los cinco continentes
llegan hasta el Vaticano
teólogos gordos y sabios
a orar ante la glotona:
Santa Deborah, patrona
del manducar y el escabio.
Santa Deborah Dora...
¡pro nobis ora! |