En Estados Unidos, en Michigan, se evalúa acusar del delito de violación de la privacidad a un esposo que habiendo espiado los mails de su mujer, descubrió su infidelidad.
El asunto es paradójico, pues pareciendo que ella es la que está en falta, es el esposo el que corre el riesgo de pagarlo en la cárcel.
Lo interesante y que viene al caso en mi nota son las palabas de defensa de su abogada, cito: "¿Cuál es la diferencia entre este caso y los padres que administran los perfiles de Facebook de sus hijos?"
Más allá que me parece una defensa ridícula y un comentario a todas luces que debería servir para acusar a la abogada por violencia de género, porque sugiere a las claras que le parece normal controlar el correo de la esposa, tal como si fuera una menor a la que hay que revisar por las dudas a ver qué hace, como si fuera una retardada a la que hay que vigilar.
En fin, el asunto de fondo es que hay muchas vacilaciones a la hora de condenar todos los asuntos de este caso, en principio, porque hay, parece dos delitos.
En realidad, yo les llamo delito porque la ley les dice delitos, pero en el fondo no dejo de pensar que la palabra moral es la verdadera cuestión, sobre todo porque tengo la impresión que la ley se basa en esa palabra.
Hace rato que me parece que si no hay asuntos económicos de por medio, el tema de la infidelidad es una locura que se ocupe la ley, y sobre la privacidad en Internet, hay mucha tela por cortar.
Por qué nadie dice que de todos los mails pueden ser leídos por los que administran los servidores y toda persona que esté al cuidado de los servidores por los que ese mensaje pasa hasta llegar al destinatario. De qué privacidad se habla, la palabra privacidad, tan de moda por estos días por el asunto Wikileaks, es una farsa, no existe, y por lo tanto no aplica la ley.
Lo que hay que rever es la ley, me parece, para empezar la ley del matrimonio, que es bastante absurda, va en contra de la naturaleza del ser humano, a favor de las relaciones comerciales, y contranatura de la realidad.
Sólo los que hacen contratos prenupcias la tiene fácil y clara, no entiendo por qué hay que hacer un contrato, el matrimonio, y otro contrato para protegeré del contrato anterior.
Sencillamente hay que abolir los dos y rehacer el concepto de contrato matrimonial, dejarse de pavadas como fidelidad y dejar en claro los asuntos que competen a lo económico y financiero y dejar a los novios, en lo sentimental que se acomoden como quieran.
El día que se deje de lado la hipocresía de la fidelidad como parte del contrato matrimonial, estoy seguro que habría menos divorcios.
Por otro lado, también hay que dejar de lado la fantasía de que lo que se hace en internet es confidencial, es una torpeza basar acciones en esa confianza, y tal como la ley en aspectos de fidelidad matrimonial, que es ilusorio, de la misma manera es ilusoria la confidencialidad en internet.
El día que los hombres se pongan de acuerdo en que ambos hechos “ilegales”, son ridículos la humanidad habrá dado un paso real hacia el futuro, no se pueden basar leyes en un concepto moral que es absolutamente antinatural como la fidelidad, dejémonos de joder. |