En Capitalandia, sus habitantes gozan de privilegios que no hay en otras ciudades, es una ciudad extraña y como tal, funciona como en el país de las maravillas.
Hay espacios que usan los que no lo necesitan, y los que los necesitan son castigados por pretenderlo o por usarlos.
Hay transportes para los que no pueden atravesar la ciudad en naves espaciales, pero son caros, de manera que los que lo necesitan no lo podrán pagar.
En Capitalandia hay empresas que fueron abandonadas por sus dueños, dejando el costo del abandono a los que no pueden pagar los transportes en naves, ni en los trenes, ni pueden usar los espacios de los que no los necesitan, pero los reclaman.
También se cierran espacios de enseñanza, como los programas de formación no profesional que mantiene a docentes en el limbo de la incertidumbre.
El Gobierno de Capitalandia, tomará en sus manos, los reclamos de los empresarios que huyeron del país, llevándose caminadas de dólares, abandonando empresas y familias, que se tuvieron que quedar a enfrentar con sus propios trabajos el desquicio, la desidia de los traidores a la patria, pero ahora, se ven enfrentados a la situación de devolver lo que levantaron con sus propias manos.
Para ellos, en especial, para los que sufrirán el despojo, les recomiendo que adopten La estrategia del caracol (película Colombiana que no pueden dejar de ver e imitar).
Recientemente, mientras los manteros no pueden vender sus mercancías en el centro de Capitalandia, hay personal del gobierno que reparte papeles satinados, del más caro, en amarillo y blanco, caro, del que usa tintas especiales, en el que puede leerse, paradójicamente, que las boletas del ABL se hacen en papel reciclable. En Capitalandia ocurren esas cosas: se gasta millones en llamadas por teléfono a quienes no las pidieron, recibiendo propagandas que seguramente tiene un costo, se ven papeles amarillos y blancos, del gobierno, con todo tipo de propaganda de empresas privadas, diciendo, eso sí, que lo ecológico está en los papeles de los impuestos, nadie habló del papel de la propia propaganda.
Y como frutilla, apareció la punta del iceberg, en el blog de la ONG La Alameda, se pueden ver fotos de los que esponsorearon la campaña de Macri.
Los diarios argentinos confiaron en la noticia sólo porque el diario El Mundo lo hizo primero.
Mañana será noticia, todos los canales hablarán de ello.
¿Pasará algo?, nada.
Volverán a liberar molinetes, la justicia seguirá intentando que no despojen a los que trabajaron y levantaron fábricas abandonadas, los cursos de las escuelas disminuirán hasta desaparecer, y así, todo como si nada.
Y nada pasará, Macri seguirá asistiendo a sus fiestas con funcionarios amigos, recibiendo apretones de mano y felicitaciones por quitarle el trabajo a los manteros, el dinero a los que viajan en subte, la educación a gente que no puede pagarla y quién sabe qué cosas más.
Y no pasará nada.
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