Este año, empecé con manía por Hector Libertella, así que fue el autor que más leí. Como todos los años, acá van mis lecturas preferidas de este año.
Y como siempre es probable que queden afuera los que leí a principio de año, tampoco están en orden de lectura, sólo como los fui recordando.
Le doy un principal espacio a “Arbol de Zoología”, José Emilio Pacheco y Francisco Toledo porque es extraño encontrar a alguien que resuena con esa fibra tan personal de la literatura que no parece posible explica ni trasmitir, sin embargo, a veces, algo transcurre al bies y se desenhebra y en el entresijo de una grieta comienza una sólida coincidencia. Gracias Nahuel.
“El traductor”, Salvador Benesdra.
“Ensayo clínico”, Gustavo Kunsminsky
“Pálido fuego”; Vladimir Nabokov
“Redoble por Rancas”, Manuel Scorza
“Cuando el rio suena”, Carlos María Dominguez
“La breve muerte de Waldemar Hansen”, Carlos María Dominguez
“Gente que baila” Norberto Soares
“Lumbre” de Hernán Ronsino
“Nueva escritura en Latinoamérica”, Hector Libertella
“El árbol de Soussure”, Hector Libertella
“La leyenda de Jorge Bonino” , Hector Libertella
“El diario de la rabia” , Hector Libertella
“Zettel” , Hector Libertella, Hector Libertella
“Le lugar que no está ahí” , Hector Libertella
“La arquitectura del fantasma” , Hector Libertella
“A la santidad del jugador” , Hector Libertella
“La máquina de matar lectores”, Cesar Franco y Carlos Luis
“La inutilidad”, Eduardo Lalo
“Hombre en la orilla”, Miguel Briante
“A la vista”, Daniel Sada.
“Fruta podrida”, Lina Meruane
“Viajes virales”, Lina Meruane
“Colonos” Leonardo Sanhuesa
“Plegarias nocturnas”, Santiago Gamboa
Tengo en espera muchos más, y no son todos los que leí, pero, algunos me parecieron olvidables, o que podía seguir la vida sin haberlos leído, o simplemente no me interesaron tanto, y en esta lista hay niveles también, por ejemplo, me encantó Sanhuesa, me costó retomar lectura con otros, y otro tanto me pasó con Libertella, y los procedimientos de Cesar Franco y Carlos Luis, me parecieron muy interesantes, lúdica-literaría neologismo que inventé para clasificarlo.
No incluir los libros de ensayo con excepción de los de Libertella porque tengo dudas sobre que puedan encasillarse en ese género lo que aporta a su genialidad.
Dejo un espacio abierto para “Tadey”, de Lamborghini, para el que necesito otras herramientas, del tipo psicotrópicas o de un imaginario que me supera para retomar, quedó por ahí en la página 100 y tanto en espera de anestesia cerebral para continuarlo, pero no creo, llegar ahí fue muy duro.