Ya se ha hablado en muchas ocasiones de la destrucción del lenguaje a que se exponen los cibernavegantes, lo cierto es que el medio hace al caso, puesto que todo parece ocurrir en Internet en medios comprimidos, no sólo en espacio para emitir un mensaje sino en el medio para hacerlo, celulares, PDAs, agendas, es decir, mientras los aparatos físicos se reducen, también lo hacen la forma del medio de transmisión.
Con esa idea, se van creando opciones para evitar el uso o el tecleo de demasiadas palabras ya que está probado que las PDAs y celulares son pequeños pero bastante incómodos para escribir demasiado.
Es así como una de esas ideas es el “El misterio del Twitter, un pajarito con principio en la deflación“, procedimiento que ya comenté antes, otra de esa ideas es de algo bastante más viejo, escribir sólo consonantes, las vocales se pueden inferir, que era el sistema de escritura de los fenicios, hebreos y el arameo, aunque en realidad parece que lo que hacían es escribir vocales con formas de consonantes, a este sistema se lo denomina consonántico.
Como sea que haya sido en la antigüedad, esa práctica se ha renovado para paliar la estreches del espacio para mensajes, o el precio o costo de las comunicaciones.
Surgió entonces la necesidad de incorporar otro elemento que tenía que ver con la expresión facial, el lenguaje oral se complementa con gestos, que son indicios de cómo se debe interpretar el lenguaje, para complementar la acción de los mensajes breves nace la idea de incorporar lo que antes se llamaba Smile, y ahora en su traducción al castellano: emoticón, por su característica de exponer emociones.
Es un conjunto de caracteres que exteriorizan una emoción, un ejemplo es la típica sonrisa, dos puntos seguidos de un parétesis cerrado :) , usado con cierta astucia, creo yo, como isotipo de este medio, de Igooh, porque sólo con ese breve dibujito se presenta ante los cibernavegantes, que ya incorporaron ese símbolo, como emblema de buena onda o simpatía.
Como comenté antes en otro post, los sucesos que van pasando en el mundo se van incorporando a la literatura, algunos, son un condimento del posmodernismo que ya se ha venido discutiendo en otros post, por ejemplo en “Oximorón con crema chantilli”, más detenidamente, también comenté que hay una escritora en la revista de literatura latinoamericana, Odradek, que utiliza en su formato de escritura, algunos de los rasgos de esta forma de comunicarse, en el post “Teoría apócrifa del escritor contemporáneo”.
Hay mucho más por decir al respecto, porque hay tantos medios nuevos de comunicación y en cada uno la formación o deformación del lenguaje o signos de comunicación mutan porque el medio lo exige.
Pero quiero hacer especial hincapié en algunos de los problemas que causan estas modalidades, el principal: invaden la escritura que no se encuentra bajo la circunstancia de los medios mencionados.
Uno de esos espacios es este mismo, en donde se supone que existe la posibilidad de expresarse como se desee.
Hay que tener en cuenta que el lenguaje escrito, tiene sus normas, las aprendemos en los estudios primarios y secundarios y se hacen para que todos interpreten lo que se está leyendo, incluso los que no suelen incursionar en los chats o prácticas de mensajes mediante el celular, las normas no dejaron de existir, sólo porque el medio se parece a los mensajes de post en las charlas o de chat.
El problema no es tanto esa deformación, sino como el hecho de que por estos medios hay aspirantes a escritores, y lamentablemente se comienza a ver en muchos de sus post, todos estos signos de irreverencia del lenguaje, en el cual lo único que se revela es que falta un poco de cuidado, tal vez estudio, tal vez lectura, no sé bien qué cosa, que no noten lo que perpetran.
Claro que no estoy hablando del problema de la ortografía, ya que yo misma no puedo tirar una piedra en ese sentido, se sabe que hay especialistas en encontrar esas dislexias de los dedos que teclean donde no deben, sino que me refiero a expresiones gramaticales de los textos que son usadas como si significaran algo y no significan nada, lo que le resta a un texto, más que sumarle.
Por mencionar algunos: el uso de puntos suspensivos como interpretación de la vacilación, dentro de una frase.
Los puntos suspensivos se usan en un diálogo y se interpretan como interrupción de un discurso, a continuación de ellos, se supone otra voz, diferentes de la que se venia oyendo o leyendo, para el caso. O cuando se encuentran en un texto sin diálogo, si se encuentran delante de una frase, indican: hay más contenido delante de esta frase. Si se colocan detras: Esta frase continúa. Toda otra inteprestación no es real.
Otro: el uso de mayúsculas con el propósito de resaltar una frase, o como si se tradujera en grito. Eso no tiene ningún significado textual, el uso de mayúsculas se puede usar indicando lo que se lee en un cartel, que a su vez esté escrito en mayúsculas, si el escritor quiere resaltar algo, debe encontrar otra manera de hacerlo, por ejemplo: escribiendo, haciéndolo de tal manera que se note el resaltar, nunca usar la mayúscula.
Salvo en el caso en que la grafía forme parte de una propuesta experimental, como comenté de la escritora Yanina Bouche, en otro post, los signos gramaticales siguen siendo válidos en cualquier texto.
De hecho, he notado que muchos participan en concursos literarios, y esto es ya un consejo de mi parte: no pierdan el tiempo, los textos con este tipo de transgresiones gramaticales, ni siquiera son leídos, aunque hayan sido escritos por Borges reencarnado, son una pérdida de tiempo en la interpretación y son descartados sin más consideración, sencillamente porque el tiempo que pierden los que leen los cuentos en concursos es el mismo que perderían los probables lectores, y las editoriales, por supuesto no van a dejar prosperar ese tipo de propuestas.
Salvo, claro, en el caso de textos experimentales, con una propuesta en donde la grafía interviene en el texto y es parte integrante de su trama, como solía hacer un escritor emblema de ese subterfugio: Jardiel Poncela.
De manera que para aquellos que lo quieran intentar, tengan en cuenta de tratar de mantener y reflotar los conocimientos sobre la gramática, y tratar de desprogramarse de aquellas formas de escritura que nos han contagiado el uso de artilugios tecnológicos, ese tipo de comunicación sólo tiene sentido en esos medios, no deberían estar invadiendo los espacios que no lo requieren.