El Romanticismo, irrumpe con una propuesta de expresión de libertad y rechazo por las reglas generales de la poesía clasicista, postulando la libre inspiración y sobre todo, disolviendo las fronteras entre los géneros, pues promovía la mezcla entre la estructura literaria del barroquismo, la poesía lírica, la combinación de lo trágico y lo cómico.
Las reglas ostentan el prestigio de sostenerse en la armonía que proviene de la belleza y en la relación artística de esa belleza con el buen gusto.
El Romanticismo, en realidad, propone romper con la idea de que son las reglas las que producen belleza, sino que por el contrario, es en la subjetividad donde se encuentra el valor de la belleza.
Cuando se habla de subjetividad, se habla del sujeto, el lector, el destinatario; el Romanticismo, no es otra cosa que la destitución de las normas como imposición de la belleza en el arte.
El Romanticismo tiene origen en al 1834, presentándose como una propuesta en donde lo importante es la espontaneidad de la subjetividad, y colocando en la emoción y los sentimiento el ideal de la realidad, a través del “yo” como forma de percibir el mundo.
En la poesía clasicista, la forma era determinante en la armonía, estrofas, decasílabos, rimas, sonetos, etc; y los temas eran de naturaleza grandilocuente, el paisaje, la religión, el amor; mientras que en el Romanticismo, los temas son el amor apasionado, el impacto de la muerte inesperada, los disturbios de la vida anárquica, la agitación política, la sublimación, la exaltación.
En ambos, la relación con la palabra poética es el establecimiento de cualidades estéticas, en un más amplio sentido, y distingo la palabra “sentido”, de la palabra “significado”, que no son lo mismo, la poesía, tiene la intención de manifestar la belleza o los sentimientos por medio de la palabra, con el objeto de generar determinadas emociones en el lector.
La idea de que hay artificios en el trabajo de la palabra para lograr ese efecto, parece contrario a la especificidad de la definición de la poesía romántica, sin embargo, hay que tener en cuenta que el rechazo a las formas, es en referencia a la sujeción de cantidad de sílabas o a la ruptura de la rima, incluso a la disolución de los temas, pero el material retórico, y lingüístico, sigue manteniéndose como definición y esencia de la palabra escrita.
A las figuras literarias se le suma, en poesía, elementos sonoros y elementos espaciales; el dibujo geográfico de un poema es constitutivo de tu esencia, tanto como su significado, la sonoridad y los grados o modos de la métrica.
Por ser la poesía de pura sustancia de lo subjetivo, la combinación de estos elementos no es objetable, y se suele sostener criterios de gusto frente a un texto, más que técnicos, porque sin importar cómo se logre, la belleza en definitiva es subjetiva, y los poemas, por lo tanto están sujetos, sujetados, por la parcialidad de lector.
Pero entonces cómo es que un poema, y su poeta, alcanzan un nivel de aceptación universal que convoca a lectores; además de ser un misterio, el análisis del material con que forman su poética, la época en que ha desarrollado esa poética y sus antecesores e influencias son sin duda el jugo en el que se fraguan esas escrituras que luego serán repetidas por millones, a através de las época y que a su vez formarán parte del material en el que se basan otras escrituras, formando de este modo el amplio linaje de la poesía desde que el hombre escribe.
De esta manera, la premisa fundamental de la escritura, es la lectura, el néctar, la fuente, la cornucopia del poeta son los otros poetas, el soplo divino de la poesía no deviene de la nada.
Cada voz poética, revela su pasado; cada poema revela el ADN con que fue compuesto, un poema es un vestigio, de un pasado de lecturas, de indagaciones, que mezclado con el sentimiento personal, con la visión personal, produce una obra cuya gravitación literaria dependerá de las lecturas, análisis, reflexiones del poeta sobre las obras que se leyeron y analizaron como parte ineludible del proceso de elaboración personal.
En cada obra, se adivina lecturas, poetas, poemas, algunos les llaman influencias, pero es mucho más que eso, es prácticamente el atributo que acompañará al escritor en la travesía de la escritura, su estilo y su marca.
En suma, la poesía romántica, la escritura lírica, la mal llamada literatura de sentimientos, se confunde usualmente con la integración de discursos que se circunscriben a un solo tema: el amor, y sus variantes de relaciones, abandono, nostalgia, pesar, etc.; siendo ese un mero rasgo o tema, y no el más importante, que integra la poesía romántica.
Poesía romántica, es en suma, un conjunto de artificios puestos en escena para producir sentimientos, no se puede confundir esa intención con el contenido de un poema: hablar de amor, no lo hace un poema romántico; lo que lo hace un poema romántico es la propuesta constructiva y es con ello que se logra el efecto emotivo.