Creo tremendamente desconsiderado y discriminador que a los huracanes los llamen con nombres de mujer y también es perturbador que se extienda la costumbre a las tormentas y a todo desastre que use palabras de género femenino y que sea la excusa para esos nombres.
Porque lo masculino, el terremoto, por ejemplo, no tiene nombre masculino.
Como sea, me intriga saber por qué un nombre específico, por qué Aghata, sobre todo cuando es un nombre tan famoso. No creo que a la Crhistie le hubiera gustado esa publicidad.
Es tan patético como que la Gioconda sea más conocida por ser la etiqueta de un dulce de batata.
Luego también podría tratarse de Aghata Galifi, menos conocida, pero más latinoamericana y más interesante.
Luego está la roca, el Ágatha, una piedra que por el misterio de los cuentos suele usarse para nombre de brujas, de hechizos extraños e incluso de embrujos románticos.
Como sea, mujer, nombre de mujer y naturaleza, suelen confundirse entre relatos y cosas de la vida, como los desastres, quién sabe, somos una condición de la geobiología, creo que inventé esa palabra, femenina como parece que sale natural los procesos de la voluntad de la naturaleza. Otra palabra femenina.
Si además se tiene en cuenta que la palabra surge de una relación entre sonido y referente, y que tal como comenté en un artículo anterior, El signo mutable es inmutable, implica una relación entre el concepto y la percepción sobre el referente, queda por admitir que hay una relación muy profunda entre los desastres naturales, lo femenino y el lenguaje.
El mundo es confuso, sobre todo porque hay que ponerle nombre a las cosas y parece que hace rato que el oído humano está sometido a la influencia sonora del artículo femenino como fuente de todo lo que está mal en la naturaleza.
Mientras, es destino femenino soportar el desborde de la lengua y el lenguaje sobre la influencia o el género de todo lo que en la tierra ocurre en contra del hombre, así, como palabra genérica.
¿No es una paradoja, que mientras el genérico de la humanidad sea de género masculino, los desastres lo son del femenino?
Mientras, como cuando de algo malo se dice que aparece lo bueno, pienso que hay algo que se resiste al lenguaje y a las palabras, y que tiene nombre masculino: el silencio.