Leer a Cortazar es por lo menos necesario para aplacar las incertezas; entregada una a la melancolía de la incompetencia personal, al menos encuentra en este escritor una doctrina de pensamiento, una guía y sobre todo un legado de recursos interesantes, además de los retóricos, muestra un camino para la recuperación de un conocimiento que en apariencia popular y conforme a la época, se tenía como literatura menor, el género maravilloso, lo cual por el sólo hecho de haber sido tratado por este genio, nos recupera a algunos escritores de la decepción por lo propio o de los textos extraños que la propia incapacidad habían declarado inservibles.
Este mago, es un ilusionista que te hace creer.
Te crees que, tal vez, podés.
De Cortazar se dijo esencialmente todo, sin embargo, con motivo del 26 aniversario de su muerte, en un grupo de contertulios, surgieron algunos interrogantes, la pregunta es, por qué este escritor que inicia una forma literaria con una producción interesante, nunca pasa de moda.
Haciendo un paralelo: de la literatura de Tolkien nos hemos nutrido generaciones, y hay ya tantos afluentes que es poco probable que en el original se encuentre algo nuevo, la tecnología ha superado el género y con Avatar, ha llevado la consanguinidad al límite, muchos notamos la semejanza entre los Na`vi, los azules, y los Elfos, entre otros detalles, sin embargo Cortazar sigue siendo de primera lectura.
Creo que tengo la punta del piolín en desentrañar ese misterio, pero sólo la punta, queda la madeja completa.
Quisiera usar un ejemplo para explicarme y para ello usaré un cuento que me ha impactado, porque aún cuando ya había leído bastante de Cortazar, este pequeño indicio que voy a comentar me abrió las puertas a un universo de Cortazar mucho más íntimo que las lecturas usuales, y fue como una revelación.
Este análisis se refiere al cuento Circe, les recuerdo el argumento: Trata de un hombre que está de novio, con una mujer mayor, desde siempre, desde la niñez; el clima del cuento es de la época de los 50. La mujer, Delia, vive con su madre y padre; el novio la visita asiduamente. Lo que perturba el relato es que dos novios anteriores de la protagonista han muerto, y las habladurías sugieren que Delia es la asesina, y he ahí el enigma.
La protagonista, Delia, entre otras cosas, tiene manía con cocinar bombones. Bombón constituye una palabra muy interesante porque simboliza el romance por sí misma, sin embargo “hay algo..”, permanentemente. Cortazar nos sirve el combo romántico completo, las palabras: licor, bombones rellenos, chocolate, moka y por supuesto la idea de que es la asesina de sus novios en contraste con la descripción de Delia, frágil, niña, callada, observa sin mirar, es etérea.
Lo dudoso de las muertes se establece por las habladurías, y es lo que provoca el extrañamiento, en el escenario de las palabras, los animales, el gato, el perro, el conejo, animales que dan la sensación de mullidos, de suavidad, es el marco en el que se describe a Delia, pero Cortazar siempre le da un giro y un contraste al clima del escenario, Delia no les presta demasiada atención, es decir, no es amante de los animales, la función de los animales es de dar cuenta de una ternura obligatoria ante la que ella es indiferente, en otras palabras: parece posible que pueda ser una asesina.
Otra palabra que nos induce a creerla asesina es el título, Circe asesinó a su esposo envenenándolo. Es una diosa de la mitología que convertía a los hombres en animales, nosotros la conocemos porque Odiseo cayó en sus redes.
La relación entre bombones y veneno, ya está establecida.
El hecho de que Circe ignorara a los animales, anteriores hombres convertidos por ella y despreciados, es paralelo al hecho de que Delia ignora a los animales.
Las analogías y símbolos son constante a lo largo del cuento, sin embargo, en Cortazar siempre hay algo más, muchos recursos en un sentido y otros sutiles, cito frases breves que destacan: “un conejo blanco”, “Medía ese blanco sobre negro”, “Mario veía sus dedos demasiado blancos”, “Héctor murió solo, en una noche de helada blanca”, “Delia le trajo una muestra blanca y liviana”, “Mario veía sus dedos demasiado blancos contra el bombón”, “La luna cayó de plano en la masa blanquecina de la cucaracha”.
La palabra clave es obvia, en estas frases están revelados el secreto de esa única palabra que evoluciona desde el tierno conejo, a la ropa de Delia, a la mirada de Mario sobre sí mismo, a la sospecha de la muerte, otra vez Delia, atemperando el clima amenazante, y finalmente el “relleno” de cucaracha, el asco, el horror adentro, oculto, hasta que una mirada lo revela.
Muy interesante el detalle: “Pez de color muerto”, donde relaciona la muerte al color, que es exactamente lo que yo sentí con el “blanco”, la relación del color con la muerte.
La historia es contada desde una sola palabra: “blanco”, que evoluciona con lo contado, sólo con el recurso del color.
He señalado la idea del uso de la palabra blanco por considerarla una palabra clave, pero la relación del texto con el color es más amplia: “Madre Celeste”, “Delia, pero era fina y rubia”, “todavía estaba de negro- los veintidós”, “contra la seda negra del vestido de Delia”, “Medía ese blanco sobre negro”, “Delia se acercaría cuando volviera al gris”, “licor de rosa”,” licor de naranja”,” el dedalito violáceo lleno de luz naranja”, “polvo amarillo en los zócalos”, ”pececillo rosa”, “llevó rosas a Delia”, “un sobre azul”, “subrayados con tinta azul”, “la cartulina celeste”, “césped de papel verde”, “manchando de amarillo viejo”, “sofá verde oscuro”, “ropa celeste”, “convulsa y negra”.
Dejé de lado, las sugerencias con los colores como el uso del “claro”, “oscuro”, sin precisión del color, pero también importantes.
En el “blanco” la muerte, en el “amarillo” el veneno, la simbología de los colores atraviesa el texto.
Es notable que el uso de los colores, que da cuenta de la percepción de la mirada, se vaya transformando en la percepción del gusto, es como si los colores estuvieran en la boca, adquieren la particularidad de apreciarse con el sabor, en vez de la vista.
Hay en el uso de los colores una señal de la época, de sentimientos, de intenciones.
Este artículo trata un minúsculo detalle en el universo de la escritura de Cortazar, se ha escrito mucho sobre sus textos, pero como dije, siempre se lo lee como de primera vez.
Cortazar es sin duda un escritor que aunque haya muchos escritores satélites, siempre se leerá por primera vez, rasgo distinguible que lo coloca como un autor de experimentación que tiene aún mucho por revelar.